PROPUESTA DE UN TALLER SOBRE PERIODISMO PARA NO-PERIODISTAS
I entrega.
Justificación.
Todo texto impreso en documentos y contenidos radiofónicos, televisuales y cibernéticos, cuya función sea informar, persuadir o educar con propósitos masivos debe cumplir los siguientes requisitos:
· Brevedad: utilizar pocas palabras para transmitir el mensaje. Se expresa en párrafos cortos de no más de tres líneas.
· Concisión: decir sólo lo estrictamente necesario para la comprensión del mensaje. También se le conoce como economía del mensaje.
· Claridad: decirlo con términos de fácil comprensión para cualquier persona, de cualquier nivel socio educativo y cultural. Esto se logra prescindiendo de las frases subordinadas que implican el recurso muy común al “queísmo”.
· Directo: Sin ambigüedades ni rodeos. Esto es, sin florituras ni recovecos semánticos acompañados de adjetivos calificativos que se presten a interpretaciones subjetivas diferentes al propósito del mensaje.
· Lógica: Se logra mediante la utilización natural y ordenada de los componentes de las frases: sujeto, verbo y predicado.
· Pertinencia: Lo escrito o dicho debe responder a criterios como la trascendencia, el impacto o la necesidad del mensaje en un tiempo determinado (actualidad).
Ahora bien, los anteriores requisitos de cualquier texto verbal o escrito están profundamente engarzados en el lenguaje de la producción de medios de comunicación. Su cumplimiento estricto explica el éxito del periodismo moderno en los últimos 50 años. Y establece la diferencia entre un texto bien escrito y otro improvisado, o escrito por personas que desconocen los méritos del lenguaje periodístico.
Siendo así, la inclusión de un módulo sobre lenguaje periodístico se constituye en una estrategia de comunicación válida, aunque implícita en toda preparación de materiales impresos, radiofónicos y audiovisuales de uso común en las instituciones y organizaciones dirigidas a sus diferentes públicos: internos, financieros (donantes, etc.) y usuarios de los servicios prestados.
Presentación del taller :
A.1. Forma y contenido.
Los contenidos de los medios de comunicación alternativos son, sin ninguna duda, diferentes a los de los medios de difusión colectiva.
En efecto, la llamada « gran prensa », que abarca a los periódicos, la radio, la televisión y ahora también a internet, tiene como propósito el lucro, pues se trata de empresas cuyo negocio es la fabricación de noticias. Y por lo demás, está organizada como empresa privada, con su junta directiva, sus accionistas que exigen informes de gestión anual con la expectativa, muy justa de obtener ganancias en retribución a su inversión.
Así, la presentación de los hechos noticiosos (mejor decir información periodística), tienen el sello de la actualidad ; esto es, buscar la originalidad, la inmediatez, el impacto, para lo cual se invierten sumas significativas en instalaciones, equipo tecnológico, software, personal especializado en todas las áreas de la administración y producción de una empresa periodística, según se observa en el diagrama No. 1
Ahora bien, aunque los intereses y propósitos entre empresas periodísticas y medios de comunicación alternativos sean diametralmente opuestos, el lenguaje es el mismo.
Esto es así, porque :
“En el competitivo universo de ofertas y oportunidades informativas, el periodismo institucional tiene aún un amplio espectro para constituirse como tal.
La prensa, en general, goza de un status de privilegio tan alto como extenso, del que carecen la mayoría de las instituciones. Y esto se debe a la función que cumple de responder a la necesidad básica del ser humano de conocer.
Esta condición le ha permitido al periodismo un desarrollo sin ataduras para construir sus propias agendas informativas e imprimirles a los actos, hechos y acontecimientos un tratamiento periodístico, cuyas mayores exigencias son las de aplicar las técnicas, cumplir ciertos requisitos arbitrarios (o de sentido común) que contemplen otros tantos indicadores, también arbitrarios. En el tanto se apliquen correctamente, transmiten un sentido de credibilidad y de verdad a los acontecimientos. Aunque existen técnicas periodísticas aplicadas a nivel mundial, sin duda la idiosincrasia y su vocabulario (semántica) concomitante define el estilo propiamente nacional costarricense de hacer periodismo, diferente al de los otros países del área centroamericana, del norteamericano y latinoamericano, en general.
A diferencia del periodismo anterior a los años 60, este nuevo periodismo dominante en Costa Rica se caracteriza y diferencia, en su lenguaje, estilo y estructura por ser más preciso, más directo y conciso. No se trata de noticias presentadas como crónicas con abundancia de detalles, sino de textos breves, en párrafos cortos de no más de 5 renglones por párrafo y que responden a las preguntas básicas del sentido común enunciadas por Quintiliano hace más de 2000 años en la Roma antigua: ¿QUIÉN? ¿QUÉ? ¿CUÁNDO? ¿DÓNDE? ¿POR QUÉ, O PARA QUÉ? Estas preguntas serán explicadas más adelante, pues constituyen parte esencial del nuevo periodismo.
Estos cambios en el contenido fueron acompañados por cambios tecnológicos gigantescos, inesperados y veloces.
Hoy, la profunda evolución del periodismo a partir de los años 60 del siglo XX que sustituyó la crónica literaria (10 cuartillas – hojas 8 ½ X 11 a espacio y medio) predominante en los años 30-40-50 por la actual gacetilla (2 cuartillas) dejó como herencia un conjunto de técnicas de redacción de las noticias que facilitan su escritura. Estas técnicas permiten la comprensión de las noticias por parte de los destinatarios, porque responden a los principios básicos del sentido común encerrados en el conocido Paradigma de LASWELL o de las 5W. además de los criterios y valores que definen si una noticia es publicada o rechazada. Y sobre todo, porque el lenguaje periodístico corresponde con la manera de pensar y hablar de la gente común. Sólo así se explica que exista una conexión de comprensión entre las noticias difundidas por los medios informativos (prensa, radio y telenoticiarios) y las capacidades perceptuales de los ciudadanos para lo cual sólo se exige un conocimiento básico del idioma correspondiente (para este caso, el español)” (Montoya, Luis : Comunicación personal. Mayo 2009).
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