DE LO PERVERSO AL DESPRECIO POR EL PRÓXIMO-PRÓJIMO DE (ALGUNOS) FUNCIONARIOS PÚBLICOS EN LA CCSS.
Creo, estoy convencido que, salvo excepciones, la gran mayoría de los funcionarios de la CCSS que atienden en ventanillas y despachos disfrutan de enviar a sus clientes-pacientes a las largas filas de espera. El mejor laboratorio de observación es el departamento de “Emergencias” en Upala, en Puntarenas, en el Calderón Guardia donde he debido esperar hasta 6 horas para ser atendido. Es una percepción morbosa, enfermiza resultante de observar el trato, la actitud, las palabras, los gestos, la indiferencia, el olvido “involuntario de pacientes” de enfermeras, enfermeros, administrativos y médicos a quienes se les pasea toda la paciencia del Universo por el cuerpo, antes de atender a sus clientes-pacientes.
LOS “ERRORES, HORRORES” DE LOS “EXPERTOS ACTUARIOS” DE LA CCSS. Y A ELLOS, NO SOLO NO LES SUCEDE NADA MALO, SINO QUE SE LES PREMIA CON JUGOSOS SALARIOS. ¿Y ENTRETANTO, QUÉ SUCEDE CON LOS MILLONES QUE PAGAMOS EN CUOTAS SOLIDARIAS CON EL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL?
Tomado de La Nación 25 de agosto de 2012 (Letras de cambio del economista Luis Mesalles)
Esto que sucedió en la Caja se conoce en teoría económica como el problema del “agente-principal”. Esta se refiere al problema que surge cuando un actor económico (principal) depende, para tomar decisiones, de lo que le diga o haga otro actor (agente), pero la información que ambos conocen no es la misma. En esos casos, el agente puede decir o hacer cosas que terminen llevando al principal a tomar decisiones incorrectas.
En el caso de la Caja, la junta directiva (el principal) fue llevada a tomar una decisión incorrecta por información manipulada por un subalterno suyo (el agente). Este último, utilizó el hecho de que la junta no conocía toda la verdad para favorecerse con mejores condiciones salariales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario