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LA IMAGEN FOTOGRÁFICA DE LAS PAPELETAS EN LAS URNAS ELECTORALES
Luis Montoya Salas
Comunicólogo
Los expertos en comunicación e imagen no han resuelto aún la incógnita:
¿qué determina el voto de los electores indecisos cuando
en los centros de votación, tienen en sus manos la papeleta presidencial?
¿No son acaso, el 24% promedio de indecisos quienes determinan el triunfo electoral?
Presuponiendo que no exista ninguna forma de fraude, porque todos los partidos políticos participantes en el proceso electoral cuentan con suficientes fiscales de mesa para cubrir todo el territorio; presuponiendo, también que, entre el momento del envío de los faxes, telegramas y correos electrónicos de todos los centros de votación al computador central del Tribunal Supremo de Elecciones no interviene ningún factor ni humano ni tecnológico para distorsionar los resultados: sostengo y afirmo, que los electores indecisos deciden su voto en el último instante dependiendo de las características físicas registradas en la imagen fotográfica escogida para imprimirse en la papeleta electoral.
Este criterio de escogencia supera a la creencia tradicional de la ubicación en el extremo derecho de la papeleta, como se explicará en este artículo.
El elector en las urnas realiza un proceso de identificación-calificación semejante a una técnica de la psicología de la comunicación conocida como diferencial semántico al candidato, tal y como se describirá, también, en este artículo.
LOS ESTRATEGAS DE IMAGEN DESCONOCEN EL IMPACTO QUE PRODUCE LA FOTOGRAFÍA ESCOGIDA PARA LA PAPELETA ELECTORAL.
Estrategas de imagen y científicos sociales no se han ocupado de la función persuasiva que cumple la imagen fotográfica estampada en las papeletas electorales de los próximos comicios.
Y sin embargo, en esas imágenes visuales quedan atrapados los miedos, las alegrías, las frustraciones, las percepciones de confianza, amenaza, seriedad, inseguridad, enojo, agresividad, suavidad, simpatía, antipatía, entre otros tantos sentimientos y estados emocionales, de los candidatos.
Más allá de los signos externos; del lugar obtenido en la papeleta presidencial de acuerdo con la rifa de posiciones: superior izquierda, superior derecha, inferior o centro, etc.; o de los resultados circunstanciales de las encuestas existen razones suficientes para postular la siguiente hipótesis de trabajo:
“ la imagen fotográfica de los candidatos se constituiría en un clic visual emocional que estimularía el impulso irracional de los indecisos, a votar”.
En teoría de la imagen se afirma que tenemos un lado del rostro mejor perfilado que el otro. Así, el lado derecho es más fotogénico que el izquierdo, pues proyecta las respuestas controladas o conscientes originadas en el hemisferio izquierdo. Al lado derecho se le identifica como la máscara social civilizada, más orientada a la realidad. Este lado a menudo se percibe como más agradable, sensible, vulnerable o abierto, en su expresión.
En cambo, en el lado izquierdo del rostro se proyectan las emociones más profundas, los sentimientos viscerales que emanan del hemisferio derecho. La mitad izquierda tiende más a reflejar los aspectos ocultos, serios, firmes o deprimidos de la persona…
En cualquier caso, un principio de la comunicación gestual indica que el primer encuentro interpersonal empieza por los ojos. Aunque no necesariamente definan el destino que tomará la comunicación. Pero cuando la mirada es esquiva, se reduce también la empatía.
Hay miradas suaves, duras, inquisidoras, severas, autoritarias, amargadas, sufridas, tristes, agresivas, taciturnas, pensativas. De los ojos parte la observación total del rostro, en forma de “barrido”, para reforzar la coincidencia o contradicción de lo percibido en la mirada del candidato. El barrido visual brinca a los labios. Y es esta parte del rostro la que mejor informa sobre el estado de ánimo de la persona. Luego están la nariz, los pómulos y la frente.
¿Qué explicaciones dan los estudiosos a estas configuraciones gestuales?
F. Ballack, estudioso norteamericano de la fisionomía del rostro explica que, por debajo de la piel de cada rostro existen tejidos musculares sometidos a tensiones constantes, de diversa magnitud. La configuración de esos tejidos resultante de nuestras respuestas expresivas a tantos y diversos estímulos del entorno determinará en un grado significativo, las características faciales externas reveladoras de nuestro temperamento y carácter, tal y como nos perciben las otras personas.
PARA IDENTIFICAR LA FOTOGÉNESIS DE UN CANDIDATO PRESIDENCIAL
Osgood (1957) propuso una escala para medir actitudes, conocida como diferencial semántico y parte del supuesto de que el significado de una palabra o concepto pueda representarse en un hipotético espacio semántico de una cantidad de dimensiones desconocidas (Reardon K. Kahtlen (1992:239).
El procedimiento es sencillo:
En un extremo escribo los adjetivos (sinónimos) positivos y en el otro los adjetivos (antónimos) de la persona sujeta al análisis. Establezco como
Así, si quiero conocer las percepciones de las personas respecto de Rodrigo Arias le aplico el siguiente diferencial semántico y la escala de calificación comprende 7 puntos: (+) 1 2 3 (-) 3 2 1 Adonde (+)1 corresponde a la calificación más alta y (-) 3 a la calificación más baja,
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Democrático Autoritario
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Alegre Triste
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Inteligente Ignorante
_________________________
Genera confianza Genera desconfianza
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Simpático Detestable
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Genera seguridad Genera inseguridad
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Capaz Incapaz
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Organizador Desorganizador
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Sensible Duro
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Leal Traidor
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Riguroso Superficial
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Ordenado Desordenado
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Bien parecido Feo
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Hipócrita Auténtico.
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Marco en el espacio correspondiente la percepción que tengo de Rodrigo Arias, de Rolando Araya, de Laura Chinchilla, de Antonio Álvarez Desanti, etc. Si marco (+) 1 en Alegre lo estoy calificando con el puntaje más alto. Pero si marco (+) 3 en Alegre me acerco más a Triste. Y si marco (-2) en Capaz lo estoy calificando más bien de Incapaz. Y así sucesivamente.
Esta es una forma básica de identificar el rostro de una persona, para el caso la de aquel o aquella en quien depositaremos la responsabilidad de tomar decisiones por nosotros. Una predominancia de la columna izquierda indicará que los estrategas de imagen han hecho bien su trabajo de maquillaje. Pues así demostrarán ante el gran tribunal de la consciencia colectiva si lograron permear las resistencias naturales del gran sector electoral que desvela a todos los involucrados en los procesos electorales: los indecisos.
En cuanto a los analistas, sociólogos, politólogos y estadísticos se habrán de preguntar (¿quizás?), si el vacío de conocimiento sobre el último eslabón de la cadena electoral: el elector frente a la imagen fotográfica de su candidato, no esconde acaso el misterio de las diferencias porcentuales entre los resultados expresados en las urnas y las “radiografías” electorales de las encuestas de opinión (analogonluis@yahoo.es)
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