jueves, 4 de octubre de 2012

¿ES EL ESPÍRITU DEL TICO, DE NATURALEZA PERVERSA?

¿EN VERDAD SOMOS UNA CARICATURA DE LA MALDAD CAMUFLADA? 
¿SOMOS COMO ESAS DICOTOMÍAS QUE SE EXPRESAN SEGÚN NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO, SIN QUE SE DEFINA NINGUNA, EN PARTICULAR Y DE MANERA DETERMINANTE?
BONDAD                             MALDAD
RIQUEZA                             POBREZA
BELLEZA                               FEALDAD
ALEGRÍA                              TRISTEZA
INTELIGENCIA                   IDIOTEZ
PIEDAD                             INHUMANIDAD
ORDEN                                 DESORDEN
DISCIPLINA                        INDISCIPLINA
RIGUROSIDAD                  SUPERFICIALIDAD
ESPIRITUALIDAD             MATERIALISMO
LEALTAD                             TRAICIÓN
AMOR                                  ODIO
LIMPIEZA                            SUCIEDAD
SENSIBILIDAD                   DUREZA
COMPROMISO                 INCUMPLIMIENTO
y sume usted todas las que quiera........
 Los cibernéticos crearon el concepto de la caja negra, como ese punto en el proceso comunicativo que recibe la información, la procesa en la caja negra pero nadie sabe qué resultará ni qué dirección tomará. Sí es sabido que si la información es pertinente, útil y rica en conocimiento, en salida se obtendrá un resultado mucho más productivo y provechoso. Esto quiere decir que  si hemos sido estimulados como sociedad con sentimientos católicos de temor, de sufrimiento, de dolor como premio para alcanzar la vida eterna, en razón de nuestros orígenes, nuestras respuestas al entorno tendrán a predominar sobre los estímulos propositivos.

 Emisor  ………….       Mensaje……     caja negra………   Destinatario.

  Si alamcenáramos en alguna biblioteca todas las críticas, interrogantes y denuncias que a diario se hacen en contra de los funcionarios, los diputados, los ministros, la Presidenta Chinchilla, por la prensa, en las paradas de buses, en las salas de espera de los hospitales, clínicas y ebais, en las plataformas de servicio de las municipalidades, cuando compramos el diario, cuando empeñamos joyas y televisores, frente al televisor cuando vemos el desastre de país y hasta cuando las noticias nos repiten que somos el país más feliz sobre la tierra quizás se necesitaría un salón de 100 metros cuadrados de dos pisos. Yo, humildemente sintetizo todo esto con una oración: Existe en nosotros, los ticos, un espíritu perverso oculto que disfruta de ver en el otro el sufrimiento, el dolor, la tristeza; y en casos extremos, la desesperanza. Siempre he sostenido que el éxito de Extra se debe a que nos permite ver descarnadamente el sufrimiento en el otro, para que no me pase a mí. Y mientras no me pase a mí o a alguien cercano, bienvenido sea. Aquí existe un material rico y original en extremo, para que el Colegio de Psicólogos proponga, de  manera interdisciplinaria una investigación sobre la idiosincrasia perversa de nosotros los ticos. Esto es mucho, muchísimo más que el "serrucha piso", es como aplicarnos un auto suplicio, querer que las cosas salgan mal para que otros tengan lástima de nosotros, ya que nosotros no podemos sentirla ni de nosotros mismos. !que pierda la Sele y así tendremos de qué lamentarnos; que se produzcan inundaciones de ríos por taponamientos de basura, para aparecer en la tele y que otros sientan lástima de mi dolor. Pero que a mí, ni siquiera una llovizna me ensucie la casa. ¿Y si digo que quisiera equivocarme? Hipócrita soy, porque si llego a estas conclusiones es porque también las he sentido, vivido y aplicado. Cuando trabajemos como país por descubrir el origen de esta problemática creo que habremos empezado a encontrar la respuesta a nuestra naturaleza perversa.
Esto dicho quizás explique las dudas que el Dr. Edgar Mohs expresa en su artículo titulado El regreso y publicado en La Nación del 04 de octubre de 2012 y que transcribo en algunas de sus partes.

El regreso
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Édgar Mohs Médico
(…) A pesar de los ríos de tinta utilizadas para denunciar el mal estado de las calles en general, no se ha avanzado suficiente, lo cual indica que en Costa Rica la denuncia no produce resultados y esto es sumamente grave para la salud de nuestra democracia e institucionalidad.
Pero además de que las calles no se arreglan, cuando se hace, se hace increíblemente mal; generalmente existe alguna fuga de agua, pero no se resuelve, sino que después de un trabajo chambón, que tarda semanas o meses, se van tapando lentamente los huecos, con la inevitable congestión de vehículos e irritación de los conductores.
Cuando finalmente se termina el trabajo, pocos días después la calle nuevamente está casi intransitable porque la fuga la está destruyendo y ahora Acueductos y Alcantarillados, que interviene tardíamente, termina de romperla para resolver la fuga; pero esta otra operación no se lleva a cabo rápidamente, sino que poco a poco, con periodos largos en que no se trabaja.
Y uno se pregunta a qué se debe esta forma tan chambona de trabajar. ¿En qué no existe la menor planificación o coordinación? ¿No existe supervisión? ¿Y cómo es que después de tantos años de quejas y denuncias, las autoridades correspondientes no sienten vergüenza?
En otros países hemos visto que las reparaciones a las vías se hacen casi siempre en una sola noche y al día siguiente todo ha quedado resuelto con absoluta limpieza y eficiencia, utilizando equipo y personal normales; es decir, no se trata de emplear maquinaria o personas extraordinarias. ¿Por qué entonces, en nuestro país no puede hacerse lo mismo aunque se tomaran dos o tres días más?
No hay duda de que tenemos un grave problema de irresponsabilidad de las autoridades de gobierno; la impresión que queda es la de una gran farsa con elementos de corrupción disfrazados de ineficiencia, que no sucede únicamente en este caso de los huecos en nuestras calles, sino que lamentablemente en la actividad cotidiana de prácticamente todas las instituciones; porque esto se parece a las citas a largo plazo en la CCSS, los meses que deben pasar para obtener un permiso o una Asamblea Legislativa paralizada por un solo diputado.
El Estado costarricense está dando algunas muestras de Estado fallido y eso es enormemente preocupante; es hora de pasar de las denuncias a sentar responsabilidades penales; de las palabras a las decisiones valientes, porque eso está esperando la mayoría de ciudadanos.

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