sábado, 13 de octubre de 2012

El nuevo periodismo: el del “A mí me gusta”

El nuevo periodismo: el del “A mí me gusta”
Luis Montoya Salas
Comunicólogo

            El periodismo ha alimentado, desde siempre, egos de magnates y vedettes de todo orden, origen y color; egos de dictadores que competían (y aún lo hacen) por ser unos más sanguinarios que otros; egos de presidentes estadistas escasos, entre miles de mandatarios intrascendentes.
¿Cuántos pre-( y) candidatos para todo tipo de cargos han sacado provecho del efecto imagen, consustancial a la prensa?
            El periodismo del siglo XXI sufre una fuerte “implosión”, cuyos indicadores más alarmantes son: la banalización del hecho noticioso; la disminución de la fuerza de los lazos de compromiso con personas y acontecimientos de valor humano; el desplazamiento del impacto de los hechos: de lo global, a lo muy personal; el traslado de la responsabilidad de informar de los medios a los sujetos y la reducción  del área de interés al núcleo de los amigos “a los que les gusta esto”.
Antaño, los mass-media resolvían el vacío de identidad-soledad de los poderosos. Hoy esta función es potestad de  cualquier persona que acepte la invitación de la mundialmente sencilla y exitosa frase de Facebook, “A mí me gusta”.  De pronto descubrimos que no somos un número de identidad; que mi YO vale  para otros;  que mis amigos de Facebook atienden mis mensajes, por más banales que parezcan .  Entonces adquiero una rara consciencia: valgo tanto o más  que  las noticias diarias de la prensa;  y desde luego, más que la infinita información circulando por Internet.
            Desde el siglo XVIII, el periodismo convencional libra  fuertes batallas para obtener su “droit de cité”. La primera huelga de un periódico sucedió en 1945, en “Nueva York”. En esa coyuntura, Berelson, investigador norteamericano estudia el fenómeno y descubre que quienes más leen el periódico lo hacen para consolidar prestigio y liderazgo.
            El 8 de diciembre de 1962, los distribuidores de periódicos neoyorkinos se alzan en una huelga de 4 meses. En la primera semana de la huelga, el 72%  de los sus lectores reconoce que les hace falta leer la prensa. A los tres meses, el porcentaje alcanza 76%.
En febrero de 1972 ocurre una tercera huelga en el sur-oeste de Francia.  Los investigadores notan una significativa disminución de la asistencia a los entierros y al cine. También descienden a un 50%, las transacciones de vehículos usados y venta de inmuebles.
´Durante unos 30 años (1960-1990) gravitaron  en las  universidades  temores apocalípticos sobre el entierro de la prensa escrita por causa de la implantación masiva de la radio y la televisión. Esta profecía no se cumplió. La prensa supo adaptarse, diversificándose y ofreciendo productos más livianos a sus lectores (suplementos, morbo, premios….).
Pero el verdadero enemigo de la prensa se gestó, invisible, en los laboratorios militares norteamericanos. En el clímax de la Guerra Fría (1969) surge el proyecto ARPANET (con solo 4 ordenadores)  para  ingresar  a las bases rusas de información militar, en caso de un ataque. Posteriormente, los sistemas militares se desligan y conforman MILNET. En tanto que la National Science Fundation (NSF) absorbe ARPANET con fines científicos y académicos. Hoy, Wikileaks cumple el sueño de los militares de antaño;  pero en las propias bases de datos norteamericanas… 
Quizás, si el I Congreso Alemán de Sociología (1910) hubiese aceptado la propuesta del sociólogo alemán Max Webber de hacer del periodismo el “objeto de estudio de la sociología”, hoy tendríamos mayor certeza acerca de las implicaciones psicológicas, sociales y económicas de los brutales cambios que afectan al periodismo. Pero la autogestión académica se decantó por el principio utilitario de su función dándosele  prioridad al provecho del poder ideológico, económico  y persuasivo de la industria de la información.
En los albores del siglo XXI, la fisonomía, filosofía, naturaleza, estructura y función del periodismo ha dado un giro inédito de magnitud, impacto y velocidad  impredecibles: los suscriptores emigran de las ediciones impresas a las versiones gratis en Internet (22% en los EE.UU); en el 2008 desaparecieron 39 periódicos; 109 lo hicieron en 2009 y otros 18 periódicos, durante  2010, para una pérdida de 35,000 empleos en ese país.Y aún, los centros de investigación no tienen respuestas científicas para enfrentar esta “implosión mediática”.
Sin embargo, la espera no debe durar mucho: el ser humano deberá agudizar aún más el sentido de la oportunidad para detectar y enfrentar dilemas que le permitan trascender los límites impuestos por la realidad cuántica. (http://www.elyoespejorealidadoplacer.blogspot.com)  


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