sábado, 28 de julio de 2012

EL YO ESPEJO EN SU RELACIÓN CON LAS IMÁGENES
Apuntes para una semiótica de la imagen   (I)
Dr. Luis Montoya Salas
Comunicólogo


El refrán “Una imagen vale por mil palabras”, atribuido a los chinos tiene una variante.  Esto sería cierto, a condición de conocer el código para decodificar los componentes de esa imagen.
Y para decodificar lo visual yo necesito un lenguaje verbal de lo mostrado que me permita percibir las formas, los colores, matices, sentido, composición para identificar, nombrar, interiorizar y conocer. Es decir, necesito un conocimiento “a priori” para obtener el máximo provecho de la información contenida en esa imagen.
La semiótica utiliza un concepto muy apropiado para relativizar la tajante afirmación que abre estas reflexiones:  la polisemia. Frente a una imagen con idéntico contenido, diferentes personas interpretarán su praxis semiótica, de acuerdo con su sensibilidad plástica, su capacidad para mirar, que es más que el simple ver, su actitud, estado de ánimo,  atracción que le provoque la imagen observada; pero, sobre todo, su propia vivencia personal. La imagen de un niño llorando no será leída de la misma manera por un artista que por un obrero, campesino, o empleado sometido, desde tempranos años al trabajo explotador.
Además, está el punto de vista del creador de esa imagen que hace, precisamente desvestir de objetividad toda imagen.

Veamos el ejemplo de las fotografías tomadas en la inauguración de los Juegos Olímpicos en Londres por el pool de Getty Images.
En la imagen aparecen el Príncipe Phillips Duque de Edimburgo y el Príncipe Wiliams, Duque de Cambridge.
Ambos son el centro de atención del fotógrafo, en razón de su rango real. Pero en la composición fotográfica cuyo eje vertical está dado por la posición sentada del Príncipe Phillips y la posición de pie del Príncipe Williams  se establece una jerarquía de superioridad del joven, respecto del Príncipe Phillips. Williams está de frente, erguido, alegre, optimista, lleno de vida, dueño del espacio y del tiempo simbolizando el futuro, cual árbol dinástico; pero sentado, con una mirada angustiante, casi de dolor contenido, el Príncipe Phillips representa todo lo opuesto: la agonía, la decadencia física, el encorvamiento de los años. ¿Tuvo el periodista en mente difundir a millones de lectores del Yahoo este mensaje? ¿Está realmente ese mensaje en la fotografía? ¿Infiero el mensaje a partir de mis propias subjetividades y deseos de ver ahí lo que no está? ¿
Sin duda, la imagen existe porque antes un sujeto la selecciona, la escudriña, la codifica. Está, además, las razones por las cuales yo selecciono esa imagen de entre muchas otras. Esas imágenes que se diferencian de las otras serán las que construyan el imaginario colectivo de una sociedad respecto de las imágenes que circulan por el universo masmmediático.
Recordemos que la imagen es un soporte de la comunicación visual que materializa un fragmento del entorno óptico-universo-perceptivo-susceptible de subsistir a través de la duración y que constituye uno de los componentes principales de los medios de difusión colectiva. Fotografía, cine, televisión, escultura, pintura, caricaturas, etc.
Y en su dimensión, la imagen se caracteriza, entre otros aspectos, por su grado de figuración que corresponde a la idea de representación, a través de la imagen de objetos y seres conocidos intuitivamente por medio de nuestra vista, como perteneciente al mundo exterior. La imagen se presenta, por lo general, como algo esquemático, ello debido rincipalmente a la proyección de dos dimensiones que ésta hace de los objetos. La profundidad del campo, el fondo, corresponde a nuestra capacidad perceptiva de construir el fondo. Es decir, el fondo no está en la imagen sino en nuestra percepción de la tercera dimensión.
Veamos esta otra fotografía, también de la inauguración de los Juegos Olímpicos. El fotógrafo Pascal Le Segretain presenta en el primer plano de la escena al Secretario de Estado para la Cultura de Inglaterra y a la Duquesa Catherine de Cambridge. El Príncipe Carlos, ex esposo de la Princesa Diana aparece difuso, como una figura fantasmal, sin vida, sin sonrisa, minimizado en su ego e inferior a cualquiera otra de las figuras públicas del cuadro. Es más, en el pie de foto el Príncipe Carlos no es mencionado. ¿Era este el propósito del fotógrafo al permitir ver apenas su perfil, reconocible solo por una experiencia anterior del perceptor?
La imagen construye el mensaje a partir de esquematizaciones en tanto es un elemento de comunicación. El uso de las esquematizaciones podría servir para manipular y transmitir en forma más fácil el tema de la imagen.
Y como adelanté en las primeras líneas, la imagen es más compleja que su simple mirar. Intuitivamente podría decirse  que las imágenes se dividen en simples y complejas. El punto de partida para realizar tal distinción sería el número de elementos presentes en cada una de ellas, así para una imagen con pocos elementos la clasificaríamos de simple y a una saturada, de compleja. Sin embargo, no siempre es válida tal clasificación y sólo nos serviría para caracterizas a las imágenes junto a otras categorías.
Deben considerarse otros elementos, como el grano, el tamaño, la escala de planos, las denotaciones y connotaciones, los códigos socio-culturales, de la forma, los códigos cromáticos, que iremos viendo gradualmente.

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