PAPELETAS ELECTORALES Y LA LEY DEL MÍNIMO ESFUERZO
Dr. Luis Montoya Salas
Comunicólogo
Todos los autores consultados para este artículo (Anne Marie Laulan, Norberto Chaves et Raúl Belluccia, Ruggero Pierantoni, Lorenzo Vilches y Francois Richaudeau coinciden en un punto, crucial en percepción visual y diseño gráfico: El sistema perceptual de los seres humanos apunta hacia la economía de esfuerzo. Richaudeau, por ejemplo, indica que “las palabras más simples y las más usadas son las que más pronto reconoce el sistema perceptual”. Así, la memoria tiene menos dificultades para memorizar frases de 7 letras, como promedio. No es por casualidad, entonces, que los títulos de los periódicos más llamativos y persuasivos son los que tienen, en promedio 4-6 palabras.
Siempre en la línea de la ley del mínimo esfuerzo, estos autores coinciden en que la forma en que evolucionó la lectura / escritura en la cultura occidental hacia una estructura horizontal lineal de sumatoria de letras y palabras organizadas de izquierda a derecha determinó la costumbre de percibir cualquier elemento en un espacio impreso en la misma dirección. Así, convencionalmente un libro se empieza a leer por el principio; luego, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha.
Lorenzo Vilchez (Teoría de la imagen periodística, p. 20):
“Algunas investigaciones han demostrado que cuando existe más de un objeto en el campo visual, el que se encuentra en la izquierda produce mayor identificación en el observador, mientras que el de la derecha se perciba como ejerciendo más resistencia visual al anterior. La visión de la derecha tiende a captar a los objetos en ete lado como si tuvieran mayor peso. Pero el centro de la visión se halla en el lado izquierdo debido a que el observador pone mayor énfasis en la identificación de objetos en este espacio. El juego visual de izquierda a derecha (… aparece más fácil, porque acostumbramos a leer en esta dirección según nuestros hábitos culturales. Así, si se mira de derecha a izquierda parece que el perceptor tiene que vencer una mayor distancia (debido a la resistencia ofrecida por nuestro hábito de lectura) para llegar al otro extremo”.
Otro factor que interviene en la percepción es la teoría del color. Este tema es complejo y la explicación sólo se simplifica para efectos de comprensión.
De los colores escogidos por los partidos para identificarse, son el rojo, el azul y el verde los más fuertes por tratarse de los colores primarios, de los cuales se derivan los colores substractivos: magenta (que absorbe el verde); amarillo (absorbe el azul) y el cian (que absorbe el rojo). Consecuentemente, las banderas que más atraerán la atención de los electores serán las que tengan los siguientes colores: el rojo, el verde y el azul, seguidas de los colores amarillo y cian. Ahora bien, como algunas banderas complementan colores, obtienen de ello ventajas estéticas por equilibrio y complementariedad de colores en tanto que otras pierden atractivo por la pugna perceptual de colores que no son armónicos (verde con rojo, por ejemplo). Y en el primer caso se encuentran, en orden de percepción privilegiada: el verde y blanco; el amarillo y rojo y el azul y rojo.
En los últimos lugares de la escala de la percepción del color se encuentran: el amarillo, el celeste con blanco y la graduación del azul al celeste, porque no son colores contrastantes.
Corolario:
Cada individuo percibe el color de acuerdo con su sensibilidad estética, originada por herencia genética, por determinismo social, por pruebas de ensayo y error. Sin embargo, existe un promedio de percepción de colores que es social. A esto se le llama empíricamente la combinación armónica de colores que atrae la atención, o genera el rechazo. En las zonas rurales, por ejemplo, la percepción de los colores está más influenciada por los colores dominantes del entorno como el verde, el café oscuro, el amarillo fuerte. En la ciudad, por un proceso de aculturación de los mass media se imponen los colores pasteles, suaves, neutros casi de acuerdo con las tendencias de la moda.
Regresando al interés político de este artículo, debo hacer los siguientes señalamientos:
- La decisión del TSE de modificar el formato tradicional de la papeleta eliminando la fotografía de los candidatos le exige a los estrategas de imagen insistir más sobre los colores que identifican al Partido que sobre la figura del candidato.
En esta realidad, aumentan más las posibilidades de votar por la papeleta del extremo izquierdo, en razón de su ubicación y color dominante que por la del extremo derecho, por la misma acción de la teoría de los colores.
- Desde hace unos 15 años, el abstencionismo ha ido en aumento, al igual que el porcentaje de los indecisos. Estos últimos no llegan a las urnas con una convicción respecto de por quién votarán y su voto sería más un acto reflejo. Sobre ellos ejercería mayor influencia la percepción del color de la bandera y de cuánto hayan sido expuestos a este color, que cualquier programa de gobierno o denuncias de corrupción lanzadas contra cualquier candidato.
- Un factor influyente sin duda alguna y que la mayoría de los partidos manejan con descuido es “la atención del cliente votante”, en el recinto electoral. Un mal gesto, una palabra grosera, una intromisión inoportuna de algún guía o dirigente bastará para determinar una decisión de voto. Así de sensible y solemne es la forma en que los ticos nos dirigimos a las urnas.
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