jueves, 31 de octubre de 2013

CONTRÁTAME, DE JOHNNY ARAYA

http://www.youtube.com/watch?v=tkXDR5M8XTE
(Link para ver el spot Contrátame)

 CONTRÁTEME.

Luis Montoya Salas

Comunicólogo


Aunque un slogan por sí solo no gana una elección, sí tiene la propiedad de definir, sintetizar, simplificar, identificar como uno y distinto al objeto/sujeto, de los demás y representarlo, en ausencia del titular.
El slogan construye en el imaginario colectivo la personalidad, la identidad de marca del personaje. Asume todas las características del emisor,  su naturaleza, estilo e ideología. 
Se trata, ni más menos que de la fusión de la figura física del candidato/producto con la imagen simbólica que quedará anclada en el imaginario colectivo.
Es pues un trabajo de suprema delicadeza que implica un profundo conocimiento de la realidad, y una sensibilidad extrema sobre los sentimientos y percepciones de los destinatarios. Es, en suma, el trabajo maestro de un creativo, comunicador por excelencia. Por estas razones, estos profesionales cobran sumas millonarias. Porque así es su responsabilidad. De pegar un batazo, o “poncharse” en su primer turno.
La campaña electoral es el laboratorio perfecto, en vivo y directo para el análisis semiótico de los mensajes que los “escaparatejistas” crean para vender y posicionar mejor a su cliente.
Hasta la fecha, cuatro candidatos han colocado sus spots en la TV. Otto Guevara fue el primero, “con más de lo mismo”. Unos spots reciclados de su anterior campaña electoral y con un slogan escaso en originalidad: “Ya es hora”.
 El segundo candidato fue Villalta, un tijereteado de imágenes representando sus preparativos de camerino antes de ser filmado.
Guillermo Solís difundió dos spots. El segundo sí merece un análisis más pausado. Pero ahora y aquí me ocuparé del primer spot de Johnny Araya, “Contráteme”.
Su jefe de campaña Álvarez De Santi creó una expectativa alrededor de la campaña mediática de su jefe, Johnny Araya, el candidato presidencial con la mayor cantidad de recursos económicos (6 mil millones de colones, el equivalente a 52 millones diarios).
Primero empezó con “Quizás usted no me conoce”. Partió de una premisa que negaba todos los años y personas que lo conocieron en su función de alcalde. Después vino “Johnny Araya: el poder de la gente”.  Este eslogan resultó ser impreciso, abstracto, difuso, impersonal, intangible, lejano de las preocupaciones y expectativas de los electores.
“La gente”, por ejemplo, es nadie, es cualquiera o pueden ser todos, pero sin identidad. “El poder” es un concepto tan abstracto como extenso. Sólo lo tienen quienes tienen también los medios de producción y los medios de expresión. Los demás tenemos pequeñas gotas de poder que las exhibimos en nuestras relaciones interpersonales.  Poder es riqueza, es autoridad, es mando, es decisión, es independencia, es lo que menos abunda en una sociedad estratificada, como la costarricense. Todos conocemos nuestros propios límites y limitaciones de acción, frente a todo cuanto desearíamos cambiar, incluyendo los cánones que rigen la política electoral costarricense.      
Ahora, Johnny Araya  no ofrece nada novedoso, creativo, original que ya no hayan planteado otros.   
El análisis semiótico del spot publicitario contiene los siguientes componentes sintetizados en el cuadro adjunto: 26 tomas.  Estas tomas se distribuyen así: de personas indiferenciadas: 7; de personas identificables: 5. Del candidato: 2; tomas generales y de paisajes: 11. Y una más para el logo. El audio comprende 19 frases con un total de 120 palabras. El total de palabras útiles funcionales es de 13, utilizadas según frecuencia: Construcción, construir, con 7 menciones; contráteme: 2; trabajo, 2; honor, 2. El resto de las palabras 107, son de retórica. Es decir, de relleno. Se trata de palabras genéricas que no comprometen al candidato y que pueden ser enunciadas por cualquier persona sin que signifiquen nada en particular.
Inferencias:
1.     El spot TV con una duración de 1 minuto es de carácter descriptivo en el que predomina más el plano de situación (edificios en construcción, parques, fachadas de edificios, tomas abiertas del Valle Central y de otros lugares, paisajes de ensueño) y en el que el personaje no asume compromiso sobre lo que dice y hasta se contradice en un caso:  “Es un gran honor…”  Pero 3 párrafos después no se trata de un honor sino de un trabajo. La construcción semántica está mal planteada. Pero tampoco es un trabajo, sino “algo así como un maestro de obras” es decir: es, o no es, o puede ser. El personaje agrega una tautología: “maestro de obras que se contrata para una construcción”. ¿Acaso se contrata a un maestro de obras para otra cosa que no sea una construcción?
2.     Estableciendo una lógica entre las abundantes imágenes alusivas a la construcción y el texto, se puede inferir que el spot trata de construir  obra gris: carreteras, edificios. Cuando habla de educación muestra las mochilas de unos niños en el Parque Morazán. La cámara los filma por detrás, con lo cual los minimiza Y cuando aborda el complejo y neurálgico problema de la CCSS lo resume a un estetoscopio aplicado por alguna persona sobre el pecho de un hombre. Aquí, el problema no es propiamente de diagnóstico médico. Es de tales dimensiones, que tomar el todo  para representarlo en la parte más minúscula y elemental cual es un diagnóstico médico revela una simpleza y un desconocimiento por parte de los realizadores del spot.
3.     Del spot se infiere que Johnny Araya no construirá nada nuevo ni distinto a lo ya existente. Las imágenes que muestra remiten a carreteras y edificios ya en construcción. El símil de la construcción de edificios para generalizarlo a la construcción de todo un país no se cumple por la magnitud de la obra muy superior, compleja y extensa que un simple edificio.
4.     La palabra “contráteme” es polisémica. Es decir, cada quien puede interpretarla desde sus propias experiencias. Por ejemplo. ¿Al renunciar Johnny Araya a la Alcaldía de San José, quedó desempleado y entonces optó por un puesto de elección popular? Y como anhela tanto el cargo pero no está seguro de obtenerlo está pidiéndole por favor, a todo un pueblo, que lo contrate? Siguiendo con este razonamiento lógico cartesiano el candidato a un puesto debería utilizar el mismo spot para presentar su currículum como garantía de sus cualidades para el cargo. Pero no. Repite con imágenes y con su propia voz lo ya existente. Por lo demás, apostarle a un spot referido a una contratación laboral, pues el candidato afirma que su postulación a un cargo popular primero es un trabajo que debe ganarse para después optar por el honor en momentos en que el país sufre uno de los más altos índices de desempleo es como lanzarle una bofetada a todo el electorado. ¿El candidato aprovecha los recursos de la deuda política para pedir trabajo y le pide a todo un pueblo que lo contrate? Sus asesores de imagen le están haciendo un daño, en lugar de catapultarlo en las encuestas.    
5.     Los responsables del casting de este spot cometieron un error garrafal, imperdonable en profesionales que cobran miles de dólares: Frente a todos los espectadores, el candidato Johnny Araya incumple las normas básicas de seguridad que es utilizar un casco cuando ingresa a un edificio en construcción.    
6.     En breve: el spot es impersonal, el candidato no logra una identificación con los telespectadores, como sí lo hace Guillermo Solís, candidato del PAC, para utilizar un punto de referencia. Al utilizar tomas abiertas lejanas y distantes al corazón del tico, a su realidad cotidiana como su sobrevivencia: el alimento, el trabajo y escoger imágenes como carreteras, grúas, grandes edificios de apartamentos, paisajes, parques, fachadas de edificios, los estrategas de comunicación de Araya le apostaron a lo general; prefirieron un plano de situación (contexto físico) ajeno, distante, de cajón que no propicia la cercanía del actor principal con sus destinatarios. Así, es como si la frialdad del cemento y el miedo a las alturas contagiaran el espíritu del candidato que se percibe frío, distante, mecánico, modosito y bien maquilado, fresquito, como de primera comunión, pero con un timbre de voz que delata su estado de ánimo  débil, preocupado, sin autoridad. Y en este punto el candidato fue mal asesorado en la lectura de texto del guión; es decir, las palabras no le salen del fondo de su yo, como si no estuviera a gusto con la situación. ¿Resultado? Un plano de expresión que no convence porque le falta el alma, el espíritu del Presidente electo.

martes, 29 de octubre de 2013

¿PUDO JOSÉ MIGUEL CORRALES GANAR LAS ELECCIONES DE 1998?

Luis Montoya Salas
Comunicólogo


En la  Inglaterra de los Tudor y los Stuart de 1787; y en medio de encarnizados enfrentamientos políticos: periodistas vs. Parlamento – monarquía, quedó acuñado el precepto de la prensa como el “IV PODER”. 
Y como a menudo sucede, cuando se defienden derechos fundamentales al precio de censura, prohibiciones de publicar, impuestos, multas y cárcel, la combativa prensa inglesa evolucionó más pujante, rápida y dinámica, en variedad y contenido, que la prensa del  resto de los países europeos. (Albert. P. Histoire de la Presse. PUF. 1978).
Más de 200 años después; en una Costa Rica nacida a la democracia al alero de la libertad de expresión, el TRIBUNAL SUPREMO DE ELECCIONES (T.S.E.), pretendió, con un proyecto de ley reformar el Código Electoral para recetarle cárcel a los directores de los medios informativos (prensa, radio-noticiarios y noticiarios televisuales) si publicaban encuestas, durante el período de “veda electoral”.
Alguna relación debió tener esta iniciativa del TSE con la intempestiva salida de Guillermo Fernández, director de Telenoticias aquel primer domingo de febrero de 1998 cercanas las 4:00 p.m. anunciando, en un inusual avance de noticias de TN7, que Miguel Ángel Rodríguez aventajaba a José Miguel Corrales con un 10%. Y como si hubiera recibido una estocada de muerte política, a partir de esa hora, José Miguel Corrales no apareció más en los espacios televisuales y radiofónicos.
Al final de la jornada, a escasos minutos del cierre de las urnas, caso insólito en la historia de los procesos electorales nacionales, Corrales reconoció el triunfo de Miguel Ángel Rodríguez.
Matonismo electoral debió llamarse esa figura. Bofetada a la democracia que dejó sin aliento ni capacidad de respuesta al PLN y al mismo TSE sumido en un silencio cómplice, hoy comprensible por el papel que un ex presidente ha jugado en los procesos electorales.
En aquella ocasión, los “máximos” del comando de campaña del PUSC liderados por Constantino Urcuyo no podían esconder el miedo que sentían ante la inminente derrota que percibían con los signos externos, la afluencia de votantes y los sondeos de sitio que realizaban en los centros de votación. Y no era para menos, pues si en enero de 1998 una encuesta de CID-GALLUP le daba a Miguel Ángel Rodríguez una ventaja de 250 mil votos sobre José Miguel Corrales (con36% para el primero frente a 24% para Corrales y de igual manera UNIMER le daba a Rodríguez una ventaja del 10,2%  la verdad es que el día de las elecciones, Rodríguez obtuvo apenas 33.326 votos más que José Miguel Corrales (652.160 votos para Rodríguez y 618.834 para Corrales).
Doy fe que cuanto aquí escribo ocurrió, pues durante el 1 de febrero de 1998 realicé un monitoreo de radio y televisión de todo el proceso electoral como parte del curso de análisis de mensajes que impartía en la Escuela de Comunicación San Judas Tadeo, de la Universidad Federada. Esta práctica se realizó en el telenoticiario de Canal 2 dirigido para entonces por Adriana Nüñez. 
Cada vez más a menudo, las casas encuestadoras fallan en sus predicciones. Para muestra, el pasado referendo por el TLC que nos enseñó “cuán volátiles” son los compromisos  de los encuestados, como para cambiar de opinión con algunos días  de diferencia entre una encuesta y otra. Cito, a manera de ejemplo:
De acuerdo con una encuesta de UNIMER publicada por el diario La Nación el 4 de octubre del 2007, fueron las mujeres y los jóvenes, así como las personas con estudios primarios, de ingresos económicos bajos y cuyas edades oscilaban entre los 30 y los 39 años quienes inclinaron la tendencia a favor del NO. Pero estos mismos sectores mostraban en agosto del 2007, un fuerte respaldo al SÍ. Estos datos van aparejados con la percepción del 31% de la población que consideraba, en setiembre de ese mismo año,  que la aprobación del TLC generaría perjuicios. Varios días después (el 4 de octubre), ese mismo porcentaje había aumentado al 38%. Y quienes opinaban que el TLC le producirá beneficios bajaron de un 31% a un 26%.
Si a escasos tres días, el NO al TLC aventajaba al SÍ por 12 puntos porcentuales; ¿qué sucedió en ese ínterin para que triunfara el SÍ, por 50 mil votos?
Desde finales de los años 30 y a propósito del programa radiofónico “La guerra de los mundos” (producido y actuado por Orson Welles) que provocó un pánico generalizado en todos los Estados Unidos, H. Cantrill, sociólogo norteamericano demostró la existencia de “pautas de enjuiciamiento”, asociadas a niveles socioeconómicos, educativos y de conocimiento del contenido de las informaciones. Su principal hallazgo dice: “Se produce pánico cuando un valor altamente estimado y generalmente aceptado se ve amenazado; y cuando no existe, a la vista, ninguna eliminación de la amenaza. El pánico surge cuando el ego de las personas está profundamente implicado en la situación creada y se siente en la total incapacidad para aliviar  o controlar las consecuencias del hecho”.
Han transcurrido 15 años desde la fecha en que un telenoticiario se atrevió a enfrentar abiertamente al Tribunal Supremo de Elecciones.
Durante este proceso electoral se publicaron más encuestas que nunca antes ni después se publicarían con tanta insistencia. Este hecho inédito reflejaba un miedo disfrazado por parte de los grandes dueños del capital en Costa Rica.
Si la tal encuesta no se hubiera difundido en el momento clímax de ese proceso electoral quizás José Miguel Corrales habría sido el presidente electo. Recuérdese que es durante el período de las 3:00 p.m. a las 6:00 p.m. cuando los indecisos resuelven el destino final de una elección.
Tampoco se podrá afirmar, que el triunfo de Rodríguez se debió a la difusión anticipada de esta encuesta. Lo que sí es cierto es la sabia posición de Alain Touraine, reconocido sociólogo francés cuando afirma que las encuestas son “simple instrumento entre otros”, que conviene utilizar en casos bien precisos. Y advierte a los perceptores de “no dejarse obnubilar por la impresión de verdad inmanente que le confieren la representación estadísticamente probada de las muestras consultadas” (analogonluis@yahoo.es)

martes, 15 de octubre de 2013

¿POR QUÉ MONITOREAR LAS NOTICIAS EN CAMPAÑA ELECTORAL?

A FAVOR, EN CONTRA, NEUTRO



Dr. Luis Montoya Salas
Comunicólogo

Ha sido costumbre, desde la campaña electoral de 1990, “monitorear” las noticias que los periodistas logran “colocar” en los medios informativos convencionales: prensa, radio y telenoticiarios.
A menos que algún otro profesional en comunicación y periodismo pueda afirmar lo contrario, me otorgo el honor de ser el primero en introducir esta técnica en los procesos electorales nacionales. (Dicho sea entre paréntesis, es  la única surgida de las raíces mismas de la ciencia de la prensa).
En aquella campaña electoral conté con un equipo de jóvenes que fueron rápidamente entrenados para registrar manualmente las noticias en formularios diseñados para ello. Dos veces por día, al medio día y antes de las 6:00 p.m. me reunía con el encargado de monitoreo para clasificar las noticias  en categorías mayores y sub categorías. Siendo, por ejemplo, los dos partidos en contienda (PUSC vs. PLN) dos grandes categorías, al igual que el Tribunal Supremo de Elecciones, entre otros. Elaborábamos gráficos cuantitativos de las noticias por medio informativo y tema, o categoría mayor. Del material en bruto se identificaban las sub categorías y los indicadores. Así se obtenían las inferencias, materia prima que alimentaba al jefe de campaña para la elaboración de los mensajes publicitarios y para la estrategia de ataque al candidato opositor y a los medios informativos que rompían el equilibrio noticioso a favor del otro partido.
Este instrumento permitió demostrar una hipótesis reveladora de la influencia de los medios sobre los perceptores, en términos de intención de voto. En efecto. Cuando la estrategia de medios del Partido logró posicionar un determinado porcentaje de noticias de sentido y orientación favorables, el  porcentaje obtenido coincidía, en números aproximados, con los porcentajes de intención de voto que revelaban las encuestas.
No sólo se trataba de monitorear las noticias referidas al Partido, sino también y principalmente, a las noticias del Partido oponente, en las mismas grandes categorías, sub categorías e indicadores.
Desde los años 80 del siglo pasado, los investigadores de la comunicación eliminaron de sus procesos y criterios de categorización el FAVORABLE, el DESFAVORABLE y el NEUTRO, por arbitrarios, autoritarios y simplistas. Pero sobre todo, por reducir la complejidad de todo hecho noticioso, a meros absolutos. ¿A  favor, respecto de qué o quién?  ¿En contra de qué o quién?. En cuanto al neutro, ya sabemos de larga data que nada es neutro, en comunicación. Como tampoco nadie es objetivo. Sólo el objetivo de la cámara. No así su camarógrafo. También sabemos que lo que se dice respecto de algo o alguien esconde, por lógica intrínseca lo no dicho o no mostrado.
En teoría de la prensa y por extensión en las Ciencias de la Comunicación no existen tales absolutos, porque todo es SENTIDO. Y el SENTIDO trasciende a las palabras y a las imágenes. El SENTIDO no le pertenece a nadie, en particular. Así, nadie puede calificar  “a priori” un hecho, sin antes confrontarlo con las experiencias, con los procesos de socialización, con las pautas de juicio de los usuarios de la lengua, sea ésta escrita o hablada. Son ellos quienes le  darán al hecho noticioso el sentido. Y son ellos quienes juzgan el efecto causado por el hecho noticioso, sobre sus vidas.
De ahí la dificultad de realizar análisis de contenido rigurosos, pues requieren de una metodología compleja que va desde la “lectura flotante”, hasta las inferencias, pasando por el proceso de categorización, corazón mismo de esta técnica de la comunicación, tal y como se muestra en el diagrama adjunto.
Las oficinas de Relaciones Públicas y Comunicación tienen dentro de sus funciones  darle seguimiento a las noticias referidas a su institución o empresa. Su propósito es detectar tendencias de la prensa, que le permitirán a los jerarcas, gerentes, líderes políticos, sindicalistas y a todos cuantos deseen proyectar su imagen por los medios de difusión colectiva, trazar una estrategia de uso y exposición de medios. Son, por tanto, herramientas útiles de trabajo. Las tecnologías de la comunicación permiten hoy en día, elaborar diccionarios de palabras claves que, en conjunto, representen estadísticamente las características del objeto a ser estudiado. Luego de ingresadas las palabras clave del material de trabajo (periódico, transcripción radiofónica o televisual y comentarios de redes sociales) un software específico busca las palabras con las categorías, indicadores e índices del diccionario y las convierte en gráficos de tendencias por categoría (Temática). Sus resultados se convierten en un instrumento muy útil para quienes toman las decisiones estratégicas de la campaña. Ya sea para modificar contenidos de anuncios publicitarios, orientar la respuesta en los medios informativos, reforzar cierto tema, etc.
Este instrumento es pues, más confiable y rico en información que la mecánica calificación de los obsoletos FAVORABLE, DESFAVORABLE, NEUTRO.
Y es que la Comunicación, la Semiótica, la Lingüística y la socio y la sicolingüística han estudiado profusamente la estructura, la coyuntura, el contexto de manera que los expertos en imagen de las instituciones y  empresas que  cuentan con profesionales graduados universitarios deben revisar cuidadosamente los datos que difundan (durante la presente campaña electoral)  referidos al “monitoreo” de noticias publicadas por los medios de difusión colectiva. Está en juego, no solo el triunfo electoral, sino el prestigio de los profesionales en comunicación.

lunes, 7 de octubre de 2013

¿POR QUÉ RENUNCIÓ EL DR. RODOLFO HERNÁNDEZ?


“LA DEMOCRACIA ESTÁ EN CUIDADOS INTENSIVOS”
“EL PERRO VUELVE AL VÓMITO” (Pr. 26.11)
Dr. Luis Montoya Salas
Comunicólogo

Este debió ser el título del artículo difundido por el Dr. Rodolfo Hernández  renunciando a su cargo institucional de candidato a la Presidencia por el PUSC.
Este título y no otro, expresa la esencia de su percepción, luego de 6 meses de haber abandonado su espacio  de confort, como Director del Hospital Nacional de Niños.  Tanto de todo lo perverso que puede albergar el espíritu de la naturaleza humana: intriga, envidia, egoísmo, traición y deslealtad.
El espíritu ingenuo, de naturaleza apacible y ecuánime del Dr. Hernández no pudo soportar tanta maldad. Sus principios morales y religiosos, su educación y cultura, su entorno profesional y familiar se vieron  amenazados desde sus raíces por un hábitat inédito para él y que debió enfrentar completamente solo. Vivió en carne propia, el lado oscuro del ser humano en el proceso mismo de prostituir  un acto que debería ser noble por naturaleza, principio y necesidad. Y sintió pavor.  Entonces comprendió que no era suficiente la motivación. Que no se trataba de un deseo mesiánico de trasladar con una varita mágica como la de Moisés su figura física, imagen, pensamiento, ideales, sensibilidad, amor familiar y estilo gerencial a un mundo oscuro, pantanoso, lleno de pirañas:
“(…) para satisfacer mi vocación: la de servirle a Costa Rica desde un ambiente no contaminado, rodeado de amor, honor, respeto y fraternidad” (refiriéndose al Hospital Nacional de Niños). 
Esto es lo que en verdad debió suceder en el fuero interno del Dr. Hernández. Se lo advirtieron amigos y parientes. Pero, al igual que en el Paraíso, Jehová advirtió a Adán y Eva que si comían la fruta del árbol de la vida y el conocimiento moriría  su inocencia e ingenuidad; y con ello, su “primitiva zona de confort”. Entonces serían expulsados  y condenados a pagar, con dolor y sudor,  el precio de su curiosa debilidad.          
En política y lo saben los bien avezados en esas andanzas, no es suficiente la motivación. Aunque sí es cierto que, cuando se pierde, esta se va de paseo. Sólo que, cuando están involucrados intereses de cúpulas político-empresariales no es tan sencillo recurrir al libre albedrío, como se atrevió a hacer el Dr. Hernández.  Peor aún, cometió un pecado capital imperdonable: abrió la Caja de Pandora. Y lo primero que salió de ella fue la avaricia de las cúpulas político-empresariales.  Y lo que intuíamos apenas, se reveló como una verdad inexorable: mientras “El Doctor”  y con él cientos de miles de electores creemos que nuestro voto fortalece la democracia, las cúpulas político-empresariales construyen, aumentan, consolidan y entretejen sus capitales con nuestros votos. ¿Cómo lo hacen?  Subastan al mejor postor el capital electoral de los partidos guiados por las intenciones de voto expresadas en las encuestas. Así prestan su dinero. 50 mil colones por cada 1000 votos. 10 millones de colones, a cambio del 14% de intención de voto. Eso sí, con la condición de intervenir, lista en mano, en las asambleas generales de elección de diputados. Recuérdese que los diputados aprueban leyes, también partidas específicas y pueden influir  a favor de tal o cual licitación o concesión. (Ejemplo reciente: un diputado del PLN). De esta manera, los comandos de campaña, con el candidato a la cabeza no tienen más remedio que hipotecar los votos de los electores.
Esto dice el Dr. Hernández en su denuncia: “ (…) la democracia está en cuidados intensivos porque los responsables de velar por ella la ultrajaron, la debilitaron, la violaron y pretenden mantenerla así, secuestrada (hipotecada digo yo) para favorecer intereses personales o de grupo que yo no puedo cohonestar”.   
Finalmente. De acuerdo con los argumentos de su renuncia, el Dr. Hernández no tomó la decisión con su comando de campaña. No la consultó con sus asesores, ni con partidarios curtidos en lides políticas. No utilizó la capacidad reflexiva y analítica del hemisferio izquierdo. Se dejó llevar por la parte afectiva, emocional del hemisferio derecho: “Esta decisión que ahora tomo la he meditado junto a los seres que más amo: mi esposa (…) No ha sido fácil para mí acostumbrado a trabajar y vivir sin sobresaltos, apegado siempre a normas éticas y morales. (…)
 Ahora, el ex candidato del PUSC regresa de nuevo “al vómito” (Pr. 26,11).  Poco importa si tomó una decisión apresurada,  si lo traicionó el miedo ante la magnitud de la tarea emprendida, o lo embarcaron, o si se trató de una táctica política en el contexto de una estrategia de campaña electoral.  Como toda profecía auto cumplidora, “el Doctor”  encontrará un terreno ocupado por “otros siete espíritus peores”. (…)  Y su postrer estado viene a ser peor que el primero (Mt. 12; 45). Y no podrá hacer nada por cambiar la “cultura de la política partidaria tradicional” descrita como nunca antes nadie, en el status y rol de un candidato presidencial lo había hecho. Tendría que despedir al ¿95%? de los militantes-partidarios involucrados directamente en la dinámica del proceso electoral.
Los diputados electos ofendidos seguirán con su misión de boicot, ahora más endemoniados, por la imprudencia del Doctor. Y cada trabajador, desde los integrantes del nuevo Comando de campaña, hasta los pega-banderas, fiscales y delegados de mesa se mirarán y dirán, como Judas “¿Seré yo acaso, Maestro?”.
Las cúpulas político-empresariales no renunciarán a sus inversiones. Y la espada de Damocles de la renuncia del Doctor gravitará sobre partidarios militantes y votantes. Los primeros, resentidos porque en su renuncia pública no les dedica ni un gracias a su dedicación incondicional,  gratuita y  voluntaria. Y los segundos, desilusionados porque el arquetipo del candidato prístino, idealista,  comprometido con los pobres y decidido a  extirpar la corrupción a punta de bisturí salió corriendo al primer bombetazo.
 Porque ahora sí, después de la andanada de torpedos lanzados por el Dr. Hernández en contra del baluarte del sistema democrático: el proceso electoral,  son las ilusiones, las esperanzas, las aspiraciones profundas de cambio, de extirpación de la corrupción, de un pequeñísimo respiro para la clase trabajadora explotada, marginada y olvidada las que recibieron las esquirlas. ¿Acaso no estaría pasando lo mismo en los otros partidos?
Esta interrogante nos acompañará a todos los votantes durante los 4 meses de la campaña electoral, poniendo en tela de duda los spots publicitarios, las declaraciones de los candidatos presidenciales, sus actos y promesas.
El Dr. Hernández abrió de par en par el cuerpo podrido de la democracia electoral. Y con su renuncia demostró su incapacidad para curarlo. Haciendo esto, demostró ser el más honesto y valiente de todos los candidatos a la Presidencia de la República.