jueves, 12 de agosto de 2021

LOS VALORES INTANGIBLES DE LA EDUCACIÓN QUE SE PERDERÁN, IRREMISIBLEMENTE.

LOS VALORES INTANGIBLES DE LA EDUCACIÒN. A lo largo de más de 60 años de estudiar (desde la escuela, hasta la fecha) me he convencido de las bondades que tiene la enseñanza formal en los individuos: sin orden prioritario señalo: la disciplina mental de obligar al cerebro a aprender y cumplir tareas; la disciplina como valor para asistir a clases a pesar de las adversidades económicas, naturales (lluvias), la rigurosidad intelectual en la preparación para aprobar los exámenes y realizar investigaciones; la enseñanza-aprendizaje para preparar defensas públicas, primero en el aula, luego ante un tribunal y aprobar, lo que nos da certeza para realizar trabajos similares. Conocer temas antes ignorados, países, culturas, doctrinas, autores, corrientes de pensamiento, innovaciones técnicas y tecnológicas. Pero sobre todo, ese super ejercicio de alto poder mental de leer, descubrir, decodificar, interpretar y transmitir. El refrán dice EL QUE ESPERA, DESESPERA. Yo le doy vuelta y creo, por fe, por certeza, por experiencia que saber esperar cuando todo parece indicar lo contrario es lo que nos mantiene aferrados al éxito. No es una fórmula mágica, ni una frase suelta, en verdad tiene un sentido. Porque la espera es humana, es temporal, es de un momento, la esperanza es una promesa cuántica. Sin tiempo ni lugar, sin ambigüedades ni engaños. A un hombre muy próspero y rico le preguntaron cómo había alcanzado su riqueza y lo resumió en 6 palabras ESPERAR EL MOMENTO Y EL LUGAR APROPIADOS

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