lunes, 10 de agosto de 2020

¡CUÁNTO NOS HACEN FALTA GOBERNANTES DE ANTAÑO

 LAS CARTAS PARA UN CIUDADANO.

Benemérito de la Paria José (Pepe) Figueres Ferrer


LAS CARTAS A UN CIUDADANO DE JOSÉ FIGUERES FERRER EXPRESIÓN DE LA SABIDURÍA CAMPECHANA.

“Estas Cartas no son informes de labores realizadas,

 sino conversaciones entre usted y yo,

Ciudadano consciente, sobre

 asuntos públicos que nos interesan a todos.”

 

 

José Figueres Ferrer a la par de  Braulio Carrillo, son los dos más grandes personajes de la historia de Costa Rica.  Y surgieron, precisamente, en momentos en que el país necesitaba definir su identidad como Estado, en el caso de Carrillo; y su consolidación, como República, en el caso de Figueres Ferrer.

A Braulio Carrillo se le reconoce como el “Arquitecto del Estado Costarricense” Y a Figueres, como el fundador de la II República, cuyo acto de abolir el ejército impactó todo el futuro de la Costa Rica democrática, solidaria y pacífica.

A pesar de haber sido una figura política muy polémica, por su estilo y autoritarismo, el valor de sus aportes al país superan sus debilidades.

Cartas a un ciudadano ( 1956)

Con un total de 20 cartas,  Pepe Figueres inaugura sus dotes de escritor Y así recorre la situación administrativa del país, se pregunta cómo están gobernando el país. Fija su posición ante el derecho electoral, la reforma social, fue el primero en preocuparse por la tecnología, las leyes del trabajo, el seguro social, los impuestos; y hasta se cuestiona sobre el uso de vehículos para los funcionarios públicas, los sueldos de los altos funcionarios y la responsabilidad ciudadana.

De todas las 20 cartas son dignos de subrayar  al menos 4 hechos, por la visión con la cual los enunció: 

1.       Don Pepe pregonó el civilismo en la ciudadanía, llegando a afirmar "que la libertad se siente o no se siente", que debe prevalecer el respeto a la dignidad humana, el gobierno representativo y de elección popular.

2.       asigna salarios dignos a los impartidores de justicia, ya que un Poder Judicial fuerte, independiente y a prueba de corrupción constituye un pilar fundamental de la democracia; y, por otra parte, razona en la misma forma sobre la necesidad de que los funcionarios que ocupan cargos de responsabilidad en la Administración Pública ganen lo que corresponda a su rango y representación.

3.       don Pepe hace partícipe a la ciudadanía de su ambicioso y revolucionario proyecto político. En Cartas a un Ciudadano, insta al pueblo a externar adecuadamente sus inquietudes y necesidades, a interesarse en los asuntos públicos.

4.       Pensar en grande y hacer enriquecer el país para repartir la riqueza. Combatir la pobreza, luchar contra la corrupción, apostar en la educación y salud como medio de salir de la pobreza. La instauración de una democracia social y política, justa y equitativa, que asegure el bienestar del mayor número, la desaparición de las mayorías empobrecidas por la ineficiencia y el privilegio de unos pocos, dueños del poder.

Sentido político y humano de las cartas de don Pepe Figueres.

            Así empiezan: 

 

Finca La Lucha, diciembre de 1955.

 Estimado ciudadano:

Estoy pensando en usted. Pocas veces nos vemos usted y yo.  El Presidente de la República tiene pocas oportunidades de comunicarse en privado con el ciudadano común. De ahí vienen tal vez los malos entendidos. ¡Qué bueno sería que pudiéramos conversar!

Estas cartas las empezó a escribir a dos años de ejercer la Presidencia para “ informarle cómo me siento en el Gobierno ejerciendo el mandato popular, y cómo creo que marcha el país, dos años después de iniciado el presente período constitucional.”

Y así el lenguaje utilizado por el Presidente Figueres es coloquial, en todos sus extremos. Define la democracia como  “ una profesión de fe en el hombre común. Porque usted y yo profesamos esa fe, querido Ciudadano, le escribo estas Cartas. Porque estoy actuando como delegado suyo, como presidente durante un período constitucional, y siento el deseo de rendirle cuentas, más que en números, en pensamientos y en afectos.”

Y su percepción del estado del país es descrito con sencillez, pero con convicción: “ El crédito para las actividades productivas va en aumento, aunque no dé abasto a las necesidades de una economía particular que tan rápidamente se desarrolla. Los sueldos y jornales están subiendo, y por lo tanto los ingresos familiares han aumentado, sin un alza equivalente en los precios de las subsistencias. La educación pública se extiende con mayor rapidez que el crecimiento de la población. Ya tenemos en las aulas 175.000 educandos, que constituyen el 18% de los habitantes del país. Los informes sobre el mejoramiento de la salud pública dan cifras igualmente halagadoras. Todos los ministerios, todas las dependencias, todas las instituciones, están empeñados en un gran esfuerzo de adelanto general. Los empresarios particulares también.”

La estructura de las cartas.

Su extensión va desde las más cortas, con tres hojas, hasta la más larga, la número VIII  con 14 hojas   que concluye con un despliegue de humilde sabiduría:  “Ya ve usted, querido amigo, que sin querer lo he ido llevando de paseo por los campos de las ciencias económicas y sociales, donde usted tal vez pensaba, por modestia, que no estaba capacitado para entrar. Hemos caminado solamente por los trillos más humildes, porque yo me perdería si tratara de tomar las avenidas por donde transitan los entendidos. Pero al menos, al tender la vista sobre algunas experiencias recientes de Costa Rica, que nos han servido de ejemplos, hemos podido observar cómo funciona un Movimiento que se interesa a la vez por el desarrollo económico y por la justicia social. “

Y los temas de economía, Pepe Figueres explicaba con una gran sencillez:   “Ciertos observadores juiciosos temieron que el alza de sueldos de 1954 y 1955 aumentara excesivamente el consumo de artículos importados. En efecto, el aumento ha sido grande. Al ganar mejor, la gente no sólo compra más arroz y frijoles, sino también la olla nueva para cocinarlos. Y esas ollas, y las máquinas de moler maíz, y las de coser, tenemos que traerlas de afuera, pagándolas en dólares.”

Se observa una gran coherencia entre el propósito de las cartas, su mensaje y el amor que Pepe tenía por su pueblo. “Costa Rica está gastando actualmente en sus importaciones alrededor de 90 millones de dólares por año, y los está produciendo. Esa suma no es baja, para un millón de habitantes. Bienvenidas sean las refrigeradoras y las bicicletas, y todas las cosas que levantan el nivel del vida, mientras tengamos con qué pagarlas.”

El problema de la CCSS viene desde los gobiernos de 1950.   “Tal vez las próximas medidas de carácter social que puedan tomarse convendría encaminarlas, más que al aumento directo del ingreso de los trabajadores, a la extensión del Seguro Social. Al mejoramiento de la red hospitalaria nacional, a la modernización y robustecimiento de las instituciones que atienden niños, ancianos o desvalidos, y en general a un aumento de servicios sociales. Todo eso es parte de nuestro programa de gobierno, y en varios aspectos no ha podido atenderse todavía. Las dos veces que ha estado en el Poder nuestro grupo de Liberación Nacional, ha tenido que pagar deudas de regímenes anteriores con la Caja de Seguro Social. En 1948 pusimos al día 8 millones de colones que estaban atrasados. Ahora estamos haciendo el arreglo de otros 8 millones que, por diferencias de criterio con la Caja, se acumularon en el período que nos antecedió, y se están aumentando todavía. Esto explica por qué no hemos extendido el Seguro Social a nuevas zonas. Sin embargo, esperamos mejoras en 1956 y 1957.”

Este párrafo señala con toda claridad, que la visión sobre la seguridad social no es un problema económico, sino político, de cómo cada ideología percibe la seguridad social.

Y así como aumenta la complejidad de los asuntos tratados en las cartas, así aumenta el largo de las páginas de las cartas. El seguro social,  9 páginas, el desarrollo económico 11 páginas, la labor de grupo o de equipo 13 páginas, etc.

A lo largo de las 20 cartas  se observa cómo don Pepe busca  explicarle con ejemplos sencillos al pueblo, los asuntos más complejos de la economía, en este caso, los impuestos: “Cualesquiera que sean las pequeñas injusticias o deficiencias en el orden tributario, dentro de la imperfección de los asuntos humanos, creo que no se concibe un sistema mejor, para la manera de ser costarricense, que un régimen de propiedad privada en el cual cada ciudadano  paga voluntariamente, y honradamente, los impuestos que la ley establece.   Termino aquí mis Cartas sobre las medidas de seguridad social, o de solidaridad humana, que los países democráticos han ido adoptando para establecer la justicia sin destruir el régimen de propiedad privada.” Aquí observamos cómo el presidente José Figueres Ferrer define el tipo de gobierno impulsado por el Partido Liberación Nacional que lo llevó al poder.

Una preocupación que en los años 50 apenas se dibujaba, hoy es un problema de orden superior: “Me preocupa el distanciamiento parcial que puede existir, aunque sea transitoriamente, entre los dirigentes políticos y el hombre común, porque creo que nuestro pueblo está capacitado para entender muchas cosas si se le explican, y sé que tiene interés en seguir de cerca el funcionamiento de nuestro sistema democrático.”

Conclusión

Las Cartas para un ciudadano revelan a todo lo largo de sus 179 páginas la personalidad de un presidente humilde, sencillo, con un amplio conocimiento del ser humano, del país y de la realidad internacional de los años 50. Pero sobre todo, una necesidad obsesiva de llegarle al pueblo. Toda su obra está caracterizada por la compasión que siente por un pueblo al que cree igual a él, con la diferencia del cargo.

Y concluyo este ensayo que sintetiza, en mi opinión, el humanismo, el deseo supremo de don Pepe de lograr la igualdad de todos los ticos:

“¿En que se diferencia un campesino nuestro, descalzo y jornalero, de un mecánico, de un profesor, o de un profesional? ¿Son todos ellos, acaso, seres distintos, o es que tuvieron oportunidad de educarse de diversas maneras?

Muchas gentes y muchos autores, se han hecho esta reflexión: si al hijo de un peón lo pudiéramos colocar desde que nace en un hogar pudiente, donde se cuida la salud y se observan los buenos modales y costumbres, y si lo enviáramos luego a la escuela, y al colegio, y tal vez a la Universidad, ¿qué tendría él en común después, como hombre adulto, con sus padres, si vivieran ellos todavía en la choza y en las condiciones en que el niño nació?

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