Se acercan las vacaciones. Y ante la
incertidumbre, podríamos suponer que los educadores seguirán en huelga y así
empezarán el año 2019.
Se trata de una situación inédita por
los efectos propios de la situación de aula que provocarán, de manera
inexorable e irreversible.
Miguel Ángel Paredes, psicólogo
https://www.parentepsis.com/punto-sin-retorno/ escribe:
"Existe un punto de no retorno a
partir del cual algún aspecto de la realidad cambia para siempre". Y
agrega: "Los puntos de no retorno son cómo puertas a través de las cuales
pasamos a realidades diferentes. Al menos nosotros las vivimos de forma
diferente. Hay puertas de entrada y puertas de salida".
Es aventurado señalar cuáles serán, a
futuro, las implicaciones de una acción cuasi-suicida, como la emprendida por
los educadores.Ellos, mejor que nadie serán alcanzados por el cambio radical
que surgirá en el espacio del aula y en sus relaciones con los alumnos, padres
de familia y el factor social del entorno Son irrefutables, eso sí, los
siguientes actos: la ausencia de celebración de las festividades patrias del 15
de setiembre, con la alteración de la tradicional carrera de la Antorcha y los
desfiles solemnes para los cuales miles de padres de familia invirtieron su
ahorro anual con tal propósito. Se alteró, también, la celebración del Día de las
Culturas. Se trastocó la dinámica familiar, pues los padres debieron sumar a su
presupuesto alimentario el gasto del alimento de sus hijos si lo hubieran
recibido en los comedores escolares. Debieron cambiar la utilización de su
tiempo libre para compartirlo con sus hijos.
Agréguese, la ruptura total de la
tradición de las actividades sociales de fin de curso en los colegios públicos:
bailes de graduación, paseos, celebraciones festivas entre estudiantes y
profesores.
Todo lo anterior no se compara con el
efecto subliminal de implicaciones incalculables que tendrá sobre los
principios de autoridad y prestigio de directores regionales y directores de
colegios, perder el control absoluto sobre los exámenes finales de graduación
de Quinto Año.
No se trata de una profecía, sino de
un hecho fáctico: Después de la huelga general, Costa Rica cambiará, para
siempre. Y también, en el ámbito educativo, la relación educador-alumno-padres
de familia-sociedad
Considérese que los educadores fueron
abandonados literalmente, por sus otros hermanos sindicalistas. Los dejaron
solos, hasta que el punto del no retorno se los trague. Costa Rica cambiará
para siempre. La relación educador-alumno-padres de familia-sociedad, también
cambiará, de manera irremediable.
Queda como corolario, el efecto
psicológico, emocional, traumático que pesa sobre los educadores, respecto de
sus responsabilidades laborales, éticas, morales aprendidas en las aulas
universitarias.
Y es que, precisamente el principio
del no retorno, al igual que en una adicción, se agudiza, se extiende y hasta
podría desembocar en ansiedad, enfermedades psicosomáticas y hacer más difícil
la ruptura con el compromiso gremial.
Con un agravante: los líderes
sindicales y los educadores, en un acto inconsciente de negación del conflicto
con todas sus implicaciones no pueden redimirse endosándole la responsabilidad
al Presidente de la República, porque no creen en él. Así de simple. Porque de
acuerdo con Alexander y Margarete Mitscherlich (Fundamentos del comportamiento
colectivo) este fenómeno de traslado de responsabilidades sólo funciona cuando
los ciudadanos creen ciegamente en el Poder constituido: "El Führer tuvo
la culpa de todo". (pp. 28-36).