LA COMUNICACIÓN NO ES LO QUE LA GENTE COMÚN CREE.
PORQUE LO QUE VEMOS SON SIMPLES APARIENCIAS DE UNA VERDAD QUE ESTÁ ESCONDIDA Y NO PODEMOS VER, O NO LA QUIEREN VER QUIENES CUIDAN SUS INTERESES PERSONALES, SOCIALES Y ECONÓMICOS.
El nuevo enfoque de la comunicación: La “cultura transnacional” ha impuesto un
nuevo estilo de lenguaje.
El desarrollo
(demasiado acelerado para nuestras capacidades
perceptivas) de la praxis comunicacional aplicada a la política está influenciado, en
su componente semántico, por el crecimiento e imposición de la “cultura
transnacional”.
Esto significa
que, por encima del lenguaje con el cual percibimos y construimos nuestra
realidad: el lenguaje del entorno familiar, social, con la influencia
incuestionable de los medios de difusión colectiva, gravita un metalenguaje con
connotaciones asociadas al poder. Se trata de un lenguaje simbólico,
codificado, muy técnico y construido con una nueva lógica semántica. ¿Cuál es
esa nueva lógica semántica?
Antes de responder,
una mirada retrospectiva por nuestro desarrollo humano y profesional. En este
ejercicio (algunas veces doloroso) descubrimos cómo, antes de responder de
manera lógica, reflexiva, analítica y profundamente real al por qué ocupamos un espacio en este hábitat
llamado Costa Rica, nuestra vida era sujeto/objeto de la conciencia ingenua (K.Kosik, Dialéctica de lo concreto Editorial
Grijalbo. México, 1967, pág. 235): actos,
pensamientos, decisiones eran más emocionales que racionales. A este fenómeno K.
Kosík lo llama también la realidad concreta, o más sencillo “pensamiento
ordinario” y que ejemplifica de
la manera siguiente:
“Los hombres usan el dinero y realizan
con él las transacciones más complicadas sin saber ni estar obligado a saber
qué es el dinero”. (K. Kosik: Dialéctica de lo concreto. Op.cit. P.26.
Ejemplos
comprobables de este fenómeno son los efectos emocionales que la música popular
con sus remembranzas produce en nuestras neuronas y el fútbol, como
fenómeno de identificación de nuestra nacionalidad e idiosincrasia, con su
impacto casi al nivel del paroxismo.
Este hecho no
es nuevo, pues como lo señala Kosík (op.cit. 237), ya Vico, Kant y Hegel habían
formulado la idea de que los hombres actúan en la historia y de sus acciones
derivan consecuencias y resultados en los que
(…) no habían pensado.
También se
vale agregar un párrafo más al por qué resulta imprescindible dar el salto
cualitativo hacia un nuevo paradigma. Interpretando el pensamiento de Kosík, el
sistema económico nos mantiene ocupados en preocuparnos por enfrentar nuestra
vida cotidiana, sin dejarnos oportunidad para preguntarnos sobre nuestra propia
cotidianidad y superarla en lo que de alienante tiene. Y cito a Kosík: “El modo primordial y elemental de existir la economía para el hombre es
la preocupación. No es el hombre quien tiene preocupación, sino que es la
preocupación la que tiene al hombre” (op.cit. p.83)
Este siglo
XXI, escenario de la comprensión innegable del poder de las nuevas tecnologías
de la información nos enfrenta, como profesionales ante retos cada vez más
exigentes que nos obligan a replantear nuestra visión de mundo, nuestra
actitud. Se trata de un paradigma en el que, la competitiva realidad del
mercado profesional nos obligará a
suprimir (subliminar) mucho más que antes los factores emocionales (¿se vería afectada nuestra concepción y compromiso
humanista?) para darle prioridad a la fría racionalidad cartesiana.
Así, la nueva lógica semántica es la lógica codificada de la abstracción que se nutre de la esencia de los componentes más emocionales de la lógica del sentido
común convencional: instinto, intuición y emoción y desviste a esta última de
sus connotaciones emocionales. De esta manera construye una comunicación eficaz que
permite una mayor comprensión de la cosa, como define K. Kosík a la esencia de lo cotidiano (ibid.)
En esta
dirección, el psicólogo de la comunicación George A. Muller en su Prefacio a su
obra Psicología de la comunicación (Editorial Paidós, España, 1980) ya
proponía: “En una era en que la
coerción de lo emocional ha disminuido, hay razones obvias para empezar con una
reafirmación de las capacidades racionales del hombre. De estas capacidades, la
versatilidad del hombre en la comunicación es seguramente la más obvia e
importante.” Y agrega, parafraseando a George
Herbert Mead: “La importancia de lo que llamamos ´comunicación´ reside en el hecho
de que proporciona una forma de conducta mediante la cual el organismo o el
individuo puede llegar a ser un objeto para si mismo”.
Finalmente.
Uno de los hechos más reveladores respecto de la interdependencia entre realidad
y comunicación lo expresa Paul Watzlawick en su obra “¿Es real la realidad?”
(Editorial Herder, Barcelona, 1981) págs. 7, 8: “Las afirmaciones que aquí se hacen estaban al alcance de
nuestro pensamiento no sólo hace ya algunos decenios sino, por lo que respecta
a las premisas en que se apoyan, desde la edad antigua. Pero faltaba la disposición, o acaso sólo la
ocasión, de enfrentarse con la naturaleza y los efectos de la comunicación como
fenómeno independiente”.
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