martes, 26 de marzo de 2013

LAS JUNTAS DE EDUCACIÓN DEPENDEN DE LA HONESTIDAD DE DIRECTORES Y MIEMBROS.

LAS JUNTAS DE EDUCACIÓN DEPENDEN DE LA HONESTIDAD DE DIRECTORES  Y MIEMBROS.
 
Tuve la oportunidad de pertenecer a una junta de educación en la escuela líder de San Blas de Moravia y a una junta administrativa en lo que fuera el liceo rural de Colonia Puntarenas de Upala y que hoy se convirtió en liceo académico. En el primer caso, la junta de educación de San Blas de Moravia pintó todo el salón de actos, construyó el gimnasio, entre otras obras. Y la Junta Administrativa de Educación de Colonia Puntarenas construyó desde la nada un edificío de más de 150 millones de colones. Al igual que este liceo académico que empezó siendo una telesecundaria, en esta zona existen otros liceos rurales que reciben prestados los salones comunales para que los alumnos reciban clases en las peores condiciones. También está el caso de la escuela de Colonia Puntarenas con una junta de educación inoperante y un director que ofreció en diciembre de 2009 pocos meses antes de las elecciones que dieron el triunfo a Laura Chinchilla camarones jumbo a los alumnos con un presupuesto de miles de millones de colones para dar alimento en vacaciones. Imagínense tal idiotez.... Esos miles se esfumaron. El diputado Walter Céspedes denunció la existencia de facturas infladas y falsificadas. Pero todo quedó en nada.
El buen desempeño de las juntas depende de la honestidad de directores e integrantes de juntas. Aquí las municipalidades nada tienen que hacer, pues ellas solo aprueban la terna que les manda el director. Las cuentas no se las rinden a la Municipalidad. En las actuales circunstancias, las juntas están por la libre. De ahí la necesidad de replantear su accionar. Por eso endoso el presente editorial de La Nación.
EDITORIAL de LA NACIÓN 26 de marzo de 2013
 

Las juntas de educación

El MEP pretende aclarar la pertenencia de las juntas a su ámbito de acción y fortalecer los controles sobre la inversión de su cuantioso presupuesto

La iniciativa suscita críticas en los pasillos de algunas municipalidades, preocupadas por preservar la influencia ejercida hasta ahora

El modelo educativo costarricense contiene un importante elemento de representación comunal cuyo propósito es introducir un grado de sensibilidad a las necesidades específicas de cada zona y fortalecer los vínculos entre los centros educativos y sus usuarios.

Las 3.721 juntas de educación contribuyen al manejo de importantes programas en las escuelas y 641 juntas administrativas cumplen similares funciones en los colegios. En conjunto, administran un fondo de ¢146.000 millones girados por el Ministerio de Educación Pública (MEP) para sufragar los gastos operativos, el mantenimiento de la infraestructura y el funcionamiento de los comedores escolares.

Unos 22.000 ciudadanos integran las juntas en todo el país sin obtener retribución económica a cambio. Su disposición a servir es encomiable y su número acredita el importante grado de participación comunal en la administración de una de las funciones estatales más relevantes.

Existe, sin embargo, una laguna significativa en la supervisión de esas labores y la fiscalización del uso de tan cuantiosos recursos. Así lo han señalado la Contraloría General de la República y la auditoría del MEP. Para comenzar, el equilibrio entre la participación local y la conducción nacional se resquebraja cuando las municipalidades se apartan de las ternas propuestas por el Ministerio para integrar las juntas.

No existe, además, uniformidad de criterios para la fiscalización. Según Mario Mora, viceministro de Planificación Institucional del MEP, algunas instituciones rinden informes trimestrales; otras, dos veces al año; muchas, cuando se les antoja; y varias, simplemente, no lo hacen. La ausencia de un procedimiento dificulta la remoción de las juntas cuando surgen cuestionamientos a la ejecutoria.

El MEP pretende corregir las deficiencias con la promulgación de un nuevo reglamento cuyo articulado exigirá informes trimestrales y apego de las municipalidades a las ternas sometidas a su consideración por el Ministerio. También aclarará el procedimiento a seguir cuando una junta resulte ineficaz o uno de sus miembros falte a sus deberes.

La iniciativa ya suscita críticas en los pasillos de algunas municipalidades, preocupadas por preservar la influencia ejercida hasta ahora. Rolando Rodríguez, presidente de la Unión de Gobiernos Locales, sugiere la adopción de reglamentos municipales para llenar los vacíos normativos existentes en la actualidad.

El MEP más bien pretende aclarar la pertenencia de las juntas a su ámbito de acción, pese a la potestad de nombramiento concedida a los ayuntamientos. El viceministro Mora insiste en la necesidad de eliminar “algunas tentaciones o malas interpretaciones” conducentes a dar la impresión de que las juntas responden a directrices municipales.

La naturaleza de los problemas detectados inclina la balanza a favor de la tesis del Ministerio. La falla está en la dispersión, la falta de criterios uniformes y la indefinición de las responsabilidades. No es factible corregirla mediante la aprobación de decenas de reglamentos redactados a gusto de los gobiernos locales.

Si bien la participación comunal en la administración del presupuesto educativo tiene méritos indiscutibles, la dispersión de los mecanismos de control y fiscalización de las inversiones crea riesgos considerables. La iniciativa del MEP comprende también las responsabilidades de los directores de los centros educativos y los supervisores regionales.

Romper la cadena de supervisión o distorsionarla con la creación de áreas grises derrota el propósito del MEP y no resuelve las inquietudes expresadas por la auditoría interna y la Contraloría General de la República.
MIENTRAS EL MUNDO AVANZA A VELOCIDAD PLANETARIA, COSTA RICA, LO HACE AUN AL RITMO DE LAS CARRETAS, GRACIAS A NUESTROS SINDICATOS.

El artículo que transcribo revela con argumentos incuestionables el avance mundial del comercio con la ampliación del Canal de Panamá como eje, con todo el potencial que ofrece para los países vecinos. Y ¿quién más vecino que Costa Rica? Sin embargo, los sindicatos como SINTRAJAP que se me asemeja mucho a SIN TRABAJAR prefieren dejar al país en el mayor retraso, al igual que en los tiempos de las carretas, allá por los años 40 del siglo pasado para darle prioridad a las defensas de sus prebendas. Ya, no vale el argumento de que el Estado debe ser dueño de los puertos. La realidad mundial exige, otra visión, otra estrategia. La de obtener ventajas competitivas, la del dinamismo de la economía, la de lanzarse en grandes proyectos como lo ha hecho Panamá. De otra manera, veremos con perversa melancolía desfilar frente a nuestras costas, allá en lontananza los super transportadores PANAMAX  dirigiéndose a otros puertos, en tanto a nuestros puertos de mentirillas llegan los paquebotes, las barcazas de tercera. ¿Quiero esto para mis nietos? ¡No!. ¿Defendería las prebendas de los sindicalistas a quienes no les interesa el bienestar de la colectividad? ¡Definitivamente, no!.
 
 
Mesoamérica: ¿un corredor logístico global?  Crear un ecosistema de logística, energía y transporte de categoría mundial en Mesoamérica

 
Luis Alberto Moreno Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo www.iadb.org@nacion.com  La Nación 2:00 a.m. 26/03/2013

Recientemente, tuve el privilegio de visitar las deslumbrantes obras de ampliación del canal de Panamá. Solo en el extremo Atlántico del proyecto, me encontré con 53 grúas y 7.000 obreros. Cuando se inauguren las nuevas instalaciones en el 2015, se habrán consumido más de 4 millones de metros cúbicos de hormigón y una cantidad de acero equivalente a 19 torres Eiffel. Pero más impresionante todavía es el efecto multiplicador que la ampliación del canal está teniendo en el resto del mundo, y la reorientación que podría provocar en las cadenas globales de valor. Países como Costa Rica, Colombia, Perú, Bahamas y Cuba se han sumado a la carrera para ampliar y modificar sus puertos para que puedan competir por el transbordo de cargas de los gigantescos buques que atravesarán el nuevo canal. En Estados Unidos, el Gobierno estima que los operadoras de puertos están invirtiendo hasta $8.000 millones por año con el mismo propósito. Industrias tan diversas como la del cobre en Chile, el acero en Brasil y los electrodomésticos en China, están rehaciendo las cuentas sobre costos, tiempos e insumos. Y en todas partes del mundo emprendedores visionarios están mirando a Panamá y a sus países vecinos como posibles bases para producir y distribuir productos en mercados que hoy no resultan rentables. Todo esto crea una oportunidad histórica para construir un corredor logístico de categoría mundial que vaya desde México hasta Colombia. Tres tendencias favorecen este emprendimiento.

Primero, la solidez económica de América Latina nos está convirtiendo en un mercado de consumo cada vez más atractivo. Hoy se estima que 172 millones de Latinoamericanos están en la clase media. En el 2030, si seguimos creciendo al ritmo actual, esa cifra se podría duplicar. Además, el ingreso promedio en América Latina es mucho más alto que el de otras regiones emergentes. En el 2011, el poder de adquisitivo por persona en nuestra región fue de casi $12.000, comparado con $8.300 en China. Esta es una de las razones por las que muchas multinacionales están volviendo a construir fábricas y centros de servicios en Mesoamérica cuyo objetivo es abastecer no solo a Estados Unidos, sino a Centro- y Sudamérica. El segundo factor favorable es la mejora en nuestra posición competitiva en la exportación de manufacturas. El aumento sostenido en los precios del combustible, los tiempos requeridos para el transporte marítimo desde Asia, y los impactos que esto tiene en el manejo de inventarios, pesan cada vez más en los análisis de costos de productores. A esto se suma el rápido crecimiento de los costos laborales en China, que en 2012 superaron a los de México en algunos sectores. México es, sin duda, el principal beneficiario de este fenómeno, como lo muestra el auge en sus exportaciones de automóviles, componentes de aeronáutica, dispositivos médicos y electrodomésticos. Pero los factores que están fortaleciendo la competitividad de México también pueden beneficiar al resto de Mesoamérica –si somos capaces de acelerar nuestra integración física–. Gracias a la línea de transmisión del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (Siepac), Mesoamérica cuenta hoy con una robusta infraestructura eléctrica desde México hasta Panamá, y pronto, Colombia. Esto permitirá crear un mercado eléctrico regional e invertir en nuevas plantas de generación para abastecer la demanda anticipada. Paralelamente, el Banco Interamericano de Desarrollo viene impulsando la iniciativa del corredor Pacífico, para ampliar y modernizar 3,200 kilómetros de carretera que hoy concentran el 95% de la carga terrestre mesoamericana. Los 27 tramos de esta obra están casi listos para adjudicar, y junto con programas para reducir trámites en los pasos de frontera, producirán grandes ahorros de tiempos y costos de transporte. Abunda capital privado interesado en invertir en estas obras. Solo falta decisión, coordinación y reglas claras. La ventana de oportunidad generada por la ampliación del Canal será breve. Si no encuentran un ecosistema de logística, energía y transporte de categoría mundial en Mesoamérica en el 2015, los inversores lo buscarán en otras latitudes

La Semana Santa y el Miserere, en el Hospicio de Huérfanos


La Semana Santa o Mayor, como también se le conoce es propicia para recuperar recuerdos de hace unos 59  años, cuando a la edad de 7 años ya pertenecía al coro del Hospicio de Huérfanos de Aranjuez, en San José. Durante varios meses ensayábamos las obras que se interpretarían durante el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección.

En este blog existe la rana Miserere que es como mi mascota imaginaria. En una ocasión me pregunté  por qué este nombre. Busqué en Internet su significado y me apareció la obra Miserere escrita por el músico italiano Allegre  La escuché y cuál fue mi sorpresa. Esta obra la interpretábamos en el coro del Hospicio para la Semana Santa.

Hoy, 59 años después escucho esta obra y me transporto a la capilla del Hospicio iluminada tan solo con el cirio pascual y las candelas de los feligreses. El altar mayor está todo cubierto con un manto morado, que es el color del duelo en la iglesia católica. De igual manera todos los santos tienen una larga capucha morada. También las estaciones del vía crucis El coro es de madera y se encuentra al lado opuesto del altar mayor, en una especie de mezanine.  Abajo,  las hermanas de la caridad, encargadas del hospicio exigen que caminemos con pies de plomo para no distraerlas de sus oraciones.  La matraca de madera ha sustituido temporalmente a  las campanillas que suenan cuando el sacerdote levanta la hostia. El incienso  inunda con su olor a santidad toda la capilla mientras el humo que sale  del vaivén del incensario  se asemeja a  una neblina fantasmagórica debido a la luz de las candelas que, paradójicamente crea un  ambiente de profundo recogimiento.

Hoy utilizo el incienso con propósitos místicos y de meditación. Son resabios en  mis recuerdos de la combinación del  olor a incienso con  la dominante de notas agudas y su cadencia, lenta, de notas largas sostenidas, más el diálogo místico del oficiante con el coro, desde  el altar mayor  al coro y así sucesivamente, en una especie de conexión invisible, por encima de todos los feligreses.

Durante la Semana Mayor,  la capilla estaba a reventar para escuchar el Miserere interpretado por el coro del hospicio y vivir intensamente el  ambiente de religiosidad de la mayor pureza y escuchar la voz privilegiada de Daniel, el niño que  hacía el solo de las notas altas y nos ponía la piel de gallina, de la emoción que  provocaba su voz.

Todos los oficios eran en latín y las obras que interpretábamos de memoria, también. Como el Credo, el pater nostre, el ave maría, etc. Etc. Eran  tiempos de santidad, de ingenua paz, de caminos trazados y órdenes para cumplir. Vivíamos a expensas de las necesidades de las hermanas de la caridad. Y nosotros debíamos pedir en nuestra oraciones por más benefactores. Y la Semana Santa era generosa en la cosecha de estos frutos, gracias, en gran medida a la interpretación a capella, del Miserere Mei, Deus. Amén