viernes, 7 de febrero de 2014



Año escolar de 2014, en Colonia Puntarenas de Upala


51 NIÑOS ESTRENARÁN UNIFORMES Y CALZARÁN ZAPATOS.

Luis Montoya Salas
Comunicólogo


William Méndez: “No recuerdo haber sentido nunca antes tanto calor humano, sencillez y agradecimiento espontáneos”.

Al igual que el proyecto de las fiestecitas navideñas, la entrega de uniformes escolares constituye una novedad en esta zona. Y mientras los regalos estimulan el cerebro emocional, los uniformes favorecen el desarrollo mental e intelectual.


-      “¿De veras nos van a regalar los uniformes para la escuela? ¿También los zapatos? ¿Cómo es ese milagro, si hasta me duele la cabeza de pensar cómo  hacerle  con mis tres hijos porque mi marido está sin trabajo?. ¿No es una broma?”
      - “Para nada”, le respondió Johanna Terrac, encargada de organizar esta actividad. “Es más, le confirmo que el próximo sábado a las 12 de la mañana vendrán dos señores de San José para entregarles los paquetes con dos uniformes, dos pares de medias y un par de zapatos. Así es que no falte.”
-       “¿Y cuánto tengo que pagar?”
-       “Nada, absolutamente nada”, le respondió Johanna…
Varias horas antes del mediodía del 1 de febrero de 2014, 26 madres con sus  hijos ocupaban las bancas del Salón parroquial de Colonia Puntarenas de Upala.
Puntuales a la cita, el periodista William Méndez y su gran amigo Jaime Ubilla bajaron del vehículo 26 bolsas plásticas y una caja con cuadernos  donados por amigos y colegas de la capital.
Pero primero, el arroz con pollo cocinado a la leña; porque varias madres venían a pie de lugares alejados con sus hijos; y el agua dulce con un pedazo de pan del desayuno hacía mucho habían sido consumidos.
Luego de la entrega de los uniformes escolares, varios niños se acercaron espontáneamente al periodista William Méndez, lo abrazaron y le agradecieron esta donación.
Más tarde, William Méndez comentaría cuán profundamente lo había impactado esta actividad. “No recuerdo haber sentido nunca antes tanto calor humano, sencillez y agradecimiento espontáneos. Sólo esto valió el viaje. Regreso a San José renovado, dispuesto a compartir con los amigos que participaron en este proyecto de donación, esta intensa emoción que me embarga.  Le soy sincero”, concluyó: “jamás imaginé que existieran niños en este país que abandonan las aulas o simplemente no asisten a la escuela porque no tienen uniforme ni zapatos. Y me satisface profundamente saber que con este aporte, todos estos niños tendrán incentivos para hacer la diferencia. Quizás alguno logre sobresalir, gracias a que un día dejó las calles para ingresar nuevamente a la escuela”.
 Al finalizar la actividad conversé con algunas madres, pues me sorprendía su preocupación por pagar  una cuota para tener derecho a los uniformes.
Se me reveló, entonces, una realidad imposible de creer, si no es porque sale de los labios de los propios habitantes de Colonia Puntarenas:
Cuando en una ocasión se organizó una  fiesta navideña, la asociación encargada cobró a los niños 3,000 colones por cabeza. Pocas horas después, esos mismos niños recibirían regalos navideños donados por periodistas de San José, sin pagar un centavo.
Peor aún: cuando las madres upaleñas retiran en los EBAIS la leche para sus hijos deben pagar 1,000  colones. Y cuando es el diario, 5,000 colones.
Comprendí, entonces que la emoción  y agradecimiento de las madres no era solamente porque, por primera vez en muchos años, algunos de sus hijos estrenarían uniforme y zapatos el primer día de clases; sino porque, por primera vez también, en muchos años, recibían uniformes de personas que ni los conocían, sin tener que pagar un centavo por ellos.
Más uniformes para 25 nuevos niños
Una segunda donación de 25 uniformes enviada por la periodista Gabriela Zamora Sauma, apoyada por Tania Murillo, Juan José Pacheco, Adriana Arrieta, Pilar Gutiérrez, Clemencia Castro y la empresa Pequeño Mundo permitió favorecer a 25 niños más a quienes se les entregaron ayer 5 de febrero,  camisas, enaguas, blusas pantalones, gabachas para niños y niñas de kínder, además de bultos escolares para los 51 niños de Colonia Puntarenas de Upala y sus alrededores, donados por la Fundación Monge.
En esta ocasión, también, una señora preguntó si tenía que pagar algo por los bultos. De nuevo se le explicó que no, pues se trataba de donaciones… 
Al igual que el proyecto de las fiestecitas navideñas, la entrega de uniformes escolares constituye una novedad en esta zona. Y mientras los regalos estimulan el cerebro emocional, los uniformes favorecen el desarrollo mental e intelectual.
Al hacer el balance de ambas actividades, queda en el haber de quienes participamos una profunda sensación de paz, de armonía con el entorno, de utilidad y servicio, de igualdad y solidaridad humana. Quienes reciben lo asumen como un galardón de vida por alguna razón, aunque sea la de tener hijos por quienes preocuparse. Y quienes aportamos con voluntad espontánea de lo nuestro un poquito, recibimos en premio una invaluable sonrisa de gratitud . 

sábado, 1 de febrero de 2014

EL YOESPEJO RESPONDE AL EDITORIAL DE LA NACIÓN

Respuesta editorial del Yoespejo a La Nación

HEHO INSÓLITO, INÉDITO EN LA NACIÓN
Luis Montoya Salas
Comunicólogo. 
Quienes por vicio, vocación o simple curiosidad académica seguimos el devenir de la comunicación política en nuestro país, no podemos dejar pasar inadvertida la decisión insólita, extraña, inédita adoptada por La Nación de justificar, mediante un editorial, la no publicación de los resultados de la última encuesta de Unimer prevista para el miércoles 29 de enero recién pasado.
Como empresa, La Nación tiene potestad para decidir qué publica. También le asiste el derecho de dar o no explicaciones de sus actos.
En el mejor de los casos, un solo editorial habría bastado para cerrar el capítulo. ¿Pero dos editoriales seguidos, sobre lo mismo y con el mismo contenido? Esto sí se convierte en una gran noticia: “LA NACIÓN JUSTIFICA AUTOCENSURA ANTE NO PUBLICACIÓN DE ENCUESTA”.
 Repasemos rápidamente el contexto:
Los costarricenses estamos acostumbrados a las encuestas, que aumentan durante los procesos electorales. Forman parte del paisaje electoral. Mejor aún. Sabemos que estamos en campaña política, entre otros ingredientes, por las encuestas.
Resulta improcedente asumir “a priori”, como lo justifica el editorial de LA NACIÓN, que su publicación, a escasos tres días de las votaciones, incidiría inexorablemente sobre la intención del voto. Así sería, si se publica una encuesta inesperada, como sucedió en las elecciones de 1998, cuando Telenoticias, dirigido por Guillermo Fernández publicó sin justificación, ni explicación, ni tradición, peor aún, violentando la ley electoral, los resultados de una encuesta de CID GALLUP a las 3:30 p.m. como avance noticioso según la cual Miguel Ángel Rodríguez superaba a José Miguel Corrales por un 10% de intención de voto. La realidad se volteó en contra de CID-GALLUP y Rodríguez ganó por apenas 32.000 votos.
Una encuesta reúne todos los ingredientes noticiosos, en razón de su valor estadístico. Más noticia es cuanto más difieren los resultados entre casas encuestadoras.
Por otra parte, para La Nación es claro que: “Las encuestas, hay que entenderlo de una vez por todas, son un retrato del momento en que se recogen los datos, no una bola de cristal para adivinar el futuro”.
Al realizar una lectura atenta de los dos editoriales se observa un estilo al que La Nación no nos tiene acostumbrados: estructura lógica, coherente, hilvanada, consistente y fundamentada en el razonamiento deductivo: es decir, las exigencias de la retórica estructural. Ambos editoriales, por el contrario, parecieran ser la autoría de una persona desconocedora de las artes de la escritura puntillosa que cimenta la imagen de seriedad y acuciosa responsabilidad, sello incuestionable del prestigio de La Nación.
Las explicaciones camufladas de teorías de conspiración, asociadas con opiniones devaluadas por el origen de sus fuentes (dirigentes de partidos políticos contestatarios, disfuncionales) no son de recibo, pues nunca antes han preocupado a La Nación, porque tampoco han amenazado sus intereses empresariales.
Por lo demás. Encontramos en los dos editoriales, la confluencia de la política editorial, resorte exclusivo de la Junta Directiva que responde a los intereses económico-empresariales con la línea editorial, responsable de guiar “la conducta” moral de la sociedad costarricense en la línea del respeto y estabilidad del  “stablishment”.
Los indicadores difusos y controvertidos de los dos editoriales nos dan licencia para especular.

¿Existe a lo interno de La Nación, una pugna (¿”purga”?) generacional contaminada con marcados e insoslayables intereses económicos y empresariales?  

Este nuevo escenario apenas empezaría a decantarse y los editoriales sobre “lo mismo” representan un indicador digno de considerar.

Si esto es así, de acuerdo con la lógica de la evolución de la sociedad costarricense hacia un régimen globalizador más competitivo e inhumano, las prebendas, beneficios, prerrogativas convertidos en derechos de facto por tantos años de usufructo  de los grupos tradicionales del poder entrarán en conflicto, provocando “guerras intestinas” ante los vacíos creados con el nuevo ordenamiento político de Costa Rica, según resulten ganadores o perdedores en las próximas elecciones. Y en este vacío cabría hasta el narcotráfico.

Así de determinantes serán las elecciones del 2014. ¿Sería este el mensaje velado tras los dos editoriales comentados? Sí deberíamos darnos por notificados que, al margen de teorías de conspiración, La Nación ya no será la misma. Existen hechos que por su inédita naturaleza claman a gritos nuestra atención.

El entorno y contexto en que se publican los dos editoriales que me ocupan  forman parte de esta categoría.